Un Memorándum presidencial fechado el tres de mayo -el Día de la Santa Cruz-cayó como tromba helada en todas las dependencias y entidades de la administración pública federal. 

Restricciones, cancelaciones y disminuciones presupuestales del 30 y 50 por ciento, fueron los términos o frases más recurrentes en ese documento oficial de cinco hojas, firmado por el mismísimo presidente de la república, el licenciado Andrés Manuel López Obrador.

Las razones de tales decisiones, según expuso el ejecutivo federal, tienen que ver con la decisión de que se cumplan a cabalidad los programas estratégicos de la Cuarta Transformación, por lo que esas medidas son de carácter obligatorio para todos los burócratas con poder de decisión, recalcándose que no se afecta a la base operativa y sindicalizada de la Federación.

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Disminuciones de viajes al extranjero y viáticos, desocupación de plazas, cancelación de direcciones adjuntas y de todas las asesorías, salvo los cinco integrantes de la coordinación de asesores de la presidencia, desaparición de puestos de choferes, materiales y suministros, y desde luego reducción de gastos de publicidad y comunicación social, entre otras disposiciones, asegurarán la viabilidad y vigencia económica de los programas sociales y los proyectos prioritarios del régimen morenista, fundamentalmente el de la reactivación productiva de PEMEX.

El sacrificio que representa esta orden presidencial, afectará de lleno al aparato burocrático de confianza y al sindicalizado en menor escala, y desde luego a la sociedad en general, ya que el gasto de los presupuestos tiene que ver con la creación de empleo y la reactivación de la economía, cada vez más lejana. 

Esta decisión de López Obrador, recuerda a uno de sus héroes, al general Lázaro Cárdenas cuando expropió el petróleo hace más de 80 años. En ese tiempo, y de acuerdo a la historia nacional vía crónicas y fotografías tomadas en Palacio Nacional, el pueblo de México olvidó su pobreza y se sumó a su causa, entregándole multitudinariamente a la tesorería, sus joyas, bienes y hasta gallinas para pagar el monto de las expropiaciones a las compañías extranjeras.

Conceptos como austeridad republicana, combate a la corrupción, vivir en la justa medianía que propugnaba Benito Juárez, o el discurso de que no puede haber gobierno rico con pueblo pobre, justifican en el documento las nuevas disposiciones del mandatario mexicano. 

El memorándum presidencial tiene especial significación para los estados del sureste de México, donde se ubican varios de los principales proyectos detonadores del actual gobierno. El Tren Maya, la Refinería de Dos Bocas y el desarrollo industrial del Istmo y su gran programa de reforestación y explotación silvícola, cuentan con esta adicional etapa de austeridad en el gasto público, otorgando mayores posibilidades de concretarse y de asegurar mejores condiciones sociales a los atrasados pueblos de la región. 

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