La semana comenzó movida, encrespada. Las marchas sindicales para manifestar la inconformidad por la reforma al artículo 98 de la Ley del Instituto de Pensiones (IPE) y el anuncio del Gobierno del Estado de que incorporará las propuestas de las organizaciones sindicales en el contenido del proyecto de reforma fueron los primeros hechos. Parece (y si parece es) que esa jugada fue para distraer la atención sobre el tema de la Auditoria Superior de la Federación.

Raudos y furiosos los guías sindicales demostraron liderazgo a sus agremiados y, de la misma forma, los funcionarios públicos actuaron con velocidad y eficacia asombrosa para retirar de la mesa la propuesta de reforma. Siempre merece la pena quedar como héroes frente a la clase trabajadora, ya de por si vapuleada. Los dirigentes sindicales estarán llenos de felicitaciones por su “atención, fuerza y gestión” a las demandas sociales y los políticos como personajes “sensibles y atentos a la escucha social”.

Cuando todo parecía que ese iba a ser el tema del día, en el tradicional café de la Parroquia de Xalapa y Veracruz, dos “casualidades” mas.

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Una, la del Contralor General que salió causalmente a tomar café en Xalapa y de paso decir que las declaraciones del Auditor Superior de la Federación eran muy “desafortunadas”. No obstante arremetió contra el Presidente de la Comisión de Vigilancia del Congreso de Veracruz, el diputado Francisco Garrido, y dijo: “demuestra una ignorancia absoluta en materia de transparencia y rendición de cuentas…él no sabe de auditorias…opina mucho pero realmente carece de lo que es una infraestructura académica, profesional”. El policía administrativo se pelea con los generales del momento.

La segunda historia se dio en la parroquia de Veracruz. Ahí se apareció el fantasma del gobernador Javier Duarte. Al unísono un grupo de maestros y jubilados empezaron a gritar ¡Fuera Duarte! ¡Fuera Duarte! y ¡Ratero! ¡Ratero! ¡Ratero! como rechazo a la Ley IPE, cuando vieron que entraba una comitiva tipo gobernador. El gobernador no estuvo ahí, él mismo lo desmintió en su cuenta oficial de Twitter. Lo cierto es que las voces si se escucharon en el video y aunque no estuvo el Ejecutivo, eso es otra historia.

Triste lo que sucede en Veracruz, inconcebible para muchos, pero cierto para los que ven las realidades. Necesario que se deje de apagar con fuego un incendio o remediar con agua una inundación.

Nuestra clase política veracruzana debería reflexionar lo que decia Max Weber “El político debe tener: amor apasionado por su causa; ética de su responsabilidad; mesura en sus actuaciones”. (AF)

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