Miguel Ángel (Michelangelo Buonarroti), está catalogado como el más grande artista del Renacimiento. Arquitecto, escultor y pintor, nació en marzo de 1475 en La Toscana, Italia, e hizo su vida entre las ciudades de Florencia y Roma. Bajo el mecenazgo de la poderosa familia Medici, realizó innumerables obras de arte, que lo convirtieron en un hombre admirado por sus contemporáneos, que lo llamaban “El Divino”. Entre sus obras más representativas, se encuentran la Bóveda de la Capilla Sixtina y las esculturas El David y La Piedad del Vaticano.

La Piedad del Vaticano, es una escultura de carácter religioso, realizada en mármol, que refleja el momento en que la Virgen recoge en su regazo el cuerpo de su hijo muerto, tras el descendimiento de la cruz.

La referencia a este enorme artista de la época renacentista y sus numerosas obras de índole católico, viene a colación principalmente por el título de la última de sus obras mencionadas; también por la época de Navidad y Reyes que estamos atravesando, y sobre todo, por la situación crítica y desesperante que están sufriendo miles de familias de esta entidad federativa.

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Desde el primer día de diciembre anterior, Veracruz está viviendo una inédita transición de gobierno, que se da después de una etapa de seis años de desorden y corrupción en la gestión que encabezó el ex gobernador Javier Duarte de Ochoa.

Una de las acciones contempladas por el nuevo gobierno, es la aplicación de una estrategia de despidos de personal en las diferentes dependencias, que está afectando a miles de trabajadores del Estado. Muchos de ellos con varios años de antigüedad, que debe decirse, no tuvieron ninguna relación con Duarte y sus pillerías, a quienes se les está afectando con esta medida indiscriminada y rigurosa.

Se manejan cifras de despido que rondan los 8 mil empleados. Y también se sabe, que están sosteniendo en las dependencias, a personas cercanas o relacionadas con personajes altamente cuestionados del duartismo, y que en muchos casos fueron hasta aviadores en esas áreas.

Lo peligroso de esta medida o rasero, es que se percibe que están pagando justos por pecadores y que los despidos se están haciendo en nombre del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, cosa que empieza a cuestionarse en las propias oficinas.

Se sabe que están contratando cientos de nuevos trabajadores en las diferentes áreas, que hacen pensar que no habrá ningún ahorro por los despidos del personal antiguo, como se ha insistido. Más bien parece una medida parecida al “quítate porque voy yo”.

Igualmente, se tiene conocimiento de jefes y colaboradores que están llegando a los puestos, que en nada ayudaron a la llegada del nuevo equipo, y que además carecen de perfil y experiencia. Ellos son los que están desplazando a trabajadores con méritos laborales y antigüedad, causando un terrible daño a miles de familias veracruzanas.

A Miguel Ángel el artista, en el año 1560, un escritor le envió una carta donde le pedía que hablara de las diferencias e importancia entre la escultura y la pintura.

A Miguel Ángel Yunes Linares, el gobernador de Veracruz, las familias afectadas le piden que supervise lo que se está haciendo en su nombre. Que tenga piedad por esa gente que están lastimando y que no permita a colaboradores insensibles que sigan actuando como hordas salvajes e inhumanas que en nada ayudan a su proyecto de gobierno.

La crisis que envuelve a la nación con el gasolinazo y las alzas en cascada, causará un efecto tipo avalancha a los miles de familias que sostienen esos trabajadores despedidos.

No sea que la temporada de despidos (o de caza), esté sirviendo como herramienta para distraer a los veracruzanos y así no perciban otro tipo de asuntos igualmente importantes y críticos como la renegociación de la deuda.

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