El gobernador Cuitláhuac García parece tener atole en las venas o un serio problema de incapacidad para entender que a su gestión le quedan no más de nueve meses para entregar resultados importantes a la población.
O quizá el problema sea que ya aceptó dejar las obras grandes en proceso, sin terminar (a medias), desalentado con el veloz paso de los días y viendo para otro lado, porque su equipo no tiene tamaños más que para pequeñas obras rancheras, rollos de todo tipo, danzas y festivalitos supuestamente culturales y turísticos.
Por lo pronto, la semana pasada en México anunció para Xalapa una especie de “Guelaguetza veracruzana”, la que según él, pretende institucionalizar y celebrar en el mes de agosto, para continuar con el despilfarro, la gustada danza y el sabroso fandango. Esa propuesta es una idea superficial y nada original, porque Veracruz ya tiene su Cumbre Tajín desde el año de 1999.
En la capital del estado, Cuitláhuac está construyendo el puente Heberto Castillo en la zona de Plaza Urban sobre la avenida Lázaro Cárdenas, después de una serie de inconformidades y atrasos. Ojalá que esta obra de infraestructura vial no quedé como el reciente puente de Las Trancas, que por su pésimo diseño ya bautizaron como “La Joroba”.
También en la reserva territorial construye el pomposo Nido del Halcón, que en estos momentos está en simple estructura metálica, semejando no un nido, sino sólo un simple esqueleto de halcón. Y eso se observa desde la esquina de la plaza comercial cercana. Hace pocos años la UV construyó un Nido del Halcón en su campus, que es operativo y funcional, pero se comprueba que a Cuitláhuac García no le fue suficiente.
Y el colector pluvial de la colonia Rafael Lucio tampoco se concluye y tiene inconformidades de vecinos. Pero cuentan que el titular de la Secretaría de Infraestructura y Obras Públicas está más preocupado en los cargos que buscan los miembros de la dorada familia que gobierna al estado
En la ciudad de Boca del Río, otra obra inconclusa, el esqueleto del tiburón, también se observa en lo que fue el estadio Pirata Fuente, que había sido fortalecido en su estructura y restaurado, y además dotado de asientos adecuados para un estadio de futbol de primera división, en la época de Alemán Velasco.
Este paquete cuitlahuista de obras multimillonarias (cerca de 2 mil millones de pesos) peligra en su conclusión en este gobierno que concluye el 30 de noviembre próximo. Quizá el siguiente gobernador sea quien las ponga en operación cuando sean debidamente concluidas y auditadas.
Es evidente que al equipo cuitlahuista le queda grande la gestión de gobierno, aunque el palacio y los puestos no les parezcan suficientes para el tamaño y la ambición de su nepotismo.
Aunque el ejecutivo estatal ya anunció también un espacio para tlacuaches, serpientes y coyotes en Parque Natura, a diez meses de concluir la gestión de seis años de gobierno, además de la preocupante inseguridad pública, para los veracruzanos resultan bastante notorios los mencionados esqueletos de obra y las constantes inconformidades sociales.