A Xalapa no se le debiera ver como a una modesta población de provincia que se desarrolla al margen de lo que sucede en las grandes urbes del país. Puede afirmarse que esta ciudad es una de las diez capitales más importantes de México. Su principal característica es ser la sede del gobierno del estado de Veracruz y asiento de su más importante institución de educación superior.

Es una ciudad que cuenta con una destacada tradición cultural y política en el escenario nacional. Pero Xalapa no puede ser catalogada sólo como una ciudad mediana, en torno a la cual suceden distintas cosas; tiene que ser vista como una capital estatal que se desenvuelve dentro de una gran zona metropolitana compuesta por el territorio xalapeño y por grandes superficies de los municipios de Emiliano Zapata, Banderilla, San Andrés Tlalnelhuayocan y Coatepec.

En la capital del estado se llevan a cabo actividades productivas e innumerables eventos públicos y sociales que tienen que ver con la gente de todos esos municipios. Incluso muchas personas que estudian, trabajan o utilizan servicios gubernamentales o profesionales en Xalapa, se trasladan diariamente desde esos municipios, dado que en ellos se ubican sus domicilios.

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Uno de los grandes problemas de todo ese conglomerado poblacional, es el de la enorme cantidad de tiempo que deben destinar a los traslados desde sus viviendas a los centros de trabajo o puntos de encuentro.

Y el tema se ha complicado debido a que han sido pocas las obras de creación y modernización de infraestructura vial en la zona metropolitana de Xalapa, lo que ha traído alta contaminación por concentración de vehículos en las vialidades existentes, incremento de accidentes de tráfico y más que nada, afectación de la actividad laboral por perdida de horas-hombre.

Si hacemos un breve recuento, encontraremos que han sido escasas las obras viales destacadas que se han construido en las últimas décadas, a partir de los años noventa. Durante el cuatrienio de Dante Delgado, se creó la avenida Arco Sur en la reserva territorial. En la gestión de Patricio Chirinos, los bulevares Xalapa-Coatepec y Xalapa-Banderilla, así como la avenida Rébsamen y la primera parte de la avenida Presidentes. En el sexenio de Miguel Alemán, la segunda parte de esta vialidad y la pavimentación de la avenida Justino Sarmiento. Con Fidel Herrera, la construcción de los puentes Bicentenario, frente a Plaza Crystal y los distribuidores viales de Lázaro Cárdenas-Araucarias y el de Las Trancas. Después de ello, solo la repavimentación de la avenida Lázaro Cárdenas con Javier Duarte, y en este gobierno, la pavimentación de los accesos al puente Central de Abastos, en la salida a Veracruz.

Nadie podrá negar que la zona metropolitana de Xalapa ha sufrido un serio atraso en la modernización de su sistema de vialidades primarias y secundarias. Ojalá y la comunión que se dará a partir de diciembre próximo entre los gobiernos de Cuitláhuac García e Hipólito Rodríguez, se refleje en la atención a este problema que disminuye la fluida movilidad de los habitantes.

Parece impostergable la realización de obras que mitigarían estas deficiencias. Entre ellas, la construcción de un bulevar que comunique la zona de Las Trancas con la localidad de El Chico, perteneciente al municipio de Emiliano Zapata. Esta obra serviría para conectar a la parte sur de la reserva territorial de Xalapa y los innumerables fraccionamientos de esa área.

Otra más, sería la modernización del tramo existente entre la Plaza Crystal y la congregación de El Castillo y su conexión con el libramiento de Xalapa. Esta obra beneficiaría disminuyendo tiempos de recorrido a miles de habitantes de la zona norte de Xalapa y los municipios de Actopan y Alto Lucero. Dentro de este proyecto es necesario concretar una vialidad que llegue al distribuidor Las Trancas.

También en la capital xalapeña, es conveniente abrir una vialidad en el perímetro o dentro de los terrenos del Parque Natura, para comunicar a las avenidas Arco Sur con Murillo Vidal y con el Puente Ánimas. Esta obra liberaría del alto tráfico existente en la avenida Lázaro Cárdenas (el tramo entre las plazas Ánimas y Américas), disminuyendo las horas pico y los niveles de contaminación, permitiendo mayor calidad de vida a las personas que viven o transitan por esa zona.

Si se quiere, es posible. Xalapa puede lograr seis años de progreso, tranquilidad y estabilidad social, que harían olvidar la larga etapa de atraso, irresponsabilidad y corrupción burocrática que ha tenido que vivir.

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