Uno de los pocos funcionarios veracruzanos que aprendió a navegar las procelosas aguas de los gobiernos locales en las dos décadas que lleva este siglo es, sin duda alguna, el contador Lorenzo Antonio Portilla Vázquez, el titular del Órgano de Fiscalización Superior en el Estado (ORFIS).

Exfuncionario de la anterior Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, de la Contraloría General y de la Secretaría de Finanzas y Planeación en los sexenios de Hernandez Ochoa, Acosta Lagunes, Gutierrez Barios, Dante, Chirinos, Alemán, Herrera y Duarte, ha sabido sortear los vaivenes de la política y enfrentarse a los numerosos casos de corrupción que ha conocido como responsable de esa institución fiscalizadora desde hace seis años.

Su mano y su trabajo contra la corrupción y la impunidad, se encuentran prácticamente en todos los casos que avanzaron a la denuncia de excolaboradores duartistas que cometieron irregularidades durante su desempeño al frente de las áreas que les encomendó el exgobernante recluido en una cárcel de la Ciudad de México.

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Situación similar en las denuncias que han aparecido en contra de exalcaldes que se fueron con todo y reata y pretenden librar la acción de la justicia, y que por ello han lanzado una serie de ataques mediáticos en su contra y que no tienen sustento alguno como para enlodar el trabajo del auditor estatal y de sus colaboradores.

El miércoles pasado estuvo en Xalapa el nuevo titular de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), David Rogelio Colmenares. En una conferencia realizada en el Teatro del Estado, dio a conocer la situación de la fiscalización en México, las condiciones que se requieren para avanzar en contra de la corrupción y también, las medidas que habrán de tomarse para hacer mejor la labor fiscalizadora, como es el caso de la coordinación con el Sistema de Administración Tributaria (SAT).

Pero el Auditor Superior sorprendió a los cientos de funcionarios, de lo tres poderes y niveles estatales, cuando se refirió al auditor veracruzano en los mejores términos y augurándole resultados positivos en su lucha contra los delincuentes de cuello blanco instalados hábilmente en la burocracia.

Exalcaldes como el de San Andrés Tuxtla, como el de Xalapa, o como el de Catemaco o Coatzacoalcos, y también decenas de exfuncionarios de la administración duartista, deben haber quedado sorprendidos y preocupados del apoyo incondicional que Colmenares dejó a su colega y amigo en Veracruz.

Ojalá que esta muestra de coordinación ASF-ORFIS, que se observó esta semana ante la mirada de las autoridades que llegarán al poder estatal en diciembre próximo, sirva para seguir construyendo una administración proba, eficiente y comprometida con los intereses de los veracruzanos.

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