El domingo pasado estuvo a punto de irse al traste el primer evento importante de la campaña política de Alejandro Montano, el candidato del PRI a la alcaldía xalapeña. La inoportuna intromisión que en ese esfuerzo han tenido oscuros personajes locales y venidos de otras entidades federativas, y la inusitada ausencia del líder Ochoa Reza, que había ofrecido presidir el evento dominguero, estaban provocando un nocáut en contra, cuando aún no concluye siquiera el primer tercio de esa campaña.

Por ello fue bueno que alguna mente pensante de ese equipo, hiciera posible la participación de Pepe Yunes en el acto partidista de El Castillo, ya que en las últimas semanas, el senador peroteño se ha observado renuente a participar en los enjuagues que su partido ha venido haciendo en el estado.

Y es que ninguno de los otros actores políticos que estuvieron en el presídium ese día, cuenta con la aceptación y la calidad moral de José Francisco Yunes Zorrilla. Por eso, era casi una cuestión de supervivencia para Montano, convencerlo de subirse a ese estrado.

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Y el objetivo se logró. Los organizadores pudieron conjuntar a un buen conglomerado de militantes acarreados desde diversos puntos. Y gracias a Pepe Yunes, no hubo una molesta desbandada. Porque ni siquiera el propio Ochoa Reza aseguraba una buena participación en el evento.

El líder nacional del PRI lo sabía. Las triquiñuelas de Lorena Martínez –la delegada en la entidad- no le auguraban nada bueno. Los inconformes iban a aprovechar para hacerlo ver peor de lo que ya lo perciben en la entidad. Por eso su huida de Veracruz para acercarse al güero del Mazo, quien no logra salir del agujero en que lo tiene la inconformidad mexiquense.

Pero hablando de los actores políticos del PRI en el estado, el efecto Javier Duarte dejó sumamente maltrecho al partido, prácticamente en la lona. Los principales actores políticos, dirigentes locales y activistas en los municipios no logran encontrar el hilo de la madeja. Además de ello, el hecho de movilizarse sin recursos ha operado en contra. Entre ellos, se puede percibir que nadie quiere pasear el féretro.

Qué bueno que los que estuvieron en El Castillo, no dejaron morir solo a Alejandro, quien con todo en contra, trata de hacer el mejor papel posible, aún sin contar con suficiente papel moneda.

Así pues, si se cree que la multipublicitada obra del alcalde Xalapeño es la que podría favorecer la candidatura de Alejandro Montano no deja de ser una ilusión. Américo no ha podido sacar ninguna de las elecciones que le han tocado como presidente municipal, las dos las ha perdido vergonzosamente, los resultados electorales así lo demuestran.

Zúñiga Martínez esta más obsesionado en su propio esquema, en sus eternos festivales, en hacer crecer su hacienda, en oír el canto de sus sirenas y sirenitos, y en tomar el control del PRI estatal, pasadas las elecciones municipales, para después competir por el Senado en el 2018.

Es momento de que el político José Francisco Yunes tome las riendas, apacigüe a sus potros y de paso recomiende un buen danzón de honestidad a sus correligionarios.

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