A unas semanas de que concluya la actual administración estatal, la estulticia y la mediocridad que hubo en la oficina responsable del desarrollo económico de Veracruz, mostraron su rostro más vergonzoso. Una dependencia que en estos dos años nunca entregó buenas cuentas, y ni siquiera noticias alentadoras, está siendo cuestionada debido a que algunos ladrones de cuello blanco, incrustados donde se maneja el dinero, dispusieron de los recursos del presupuesto operativo.

Pero los problemas en la Secretaría de Desarrollo Económico y Portuario (SEDECOP) ya venían desde tiempo atrás. Recordemos que el último titular del área en el gobierno de Javier Duarte, había reconocido en su comparecencia en noviembre de 2016, que en ese sexenio cerraron sus puertas 97,460 empresas y que el crecimiento anual del PIB había sido menor al 1% anual.

Exactamente un año después, en noviembre de 2017, ya en el gobierno de Yunes Linares, la prestigiada consultora de análisis económico y finanzas públicas Aregional presentó su acostumbrada medición del Índice de Competitividad por Entidades 2017, alertando que Veracruz ocupó el lugar 28 a nivel nacional, sólo superando a los estados de Tlaxcala, Chiapas, Oaxaca y Guerrero.

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Recientemente, esta consultora especializada ha publicado el Indicador de Dinamismo Económico (IDE), que tampoco reconoce ningún avance veracruzano en su economía, ya que la entidad se ubica en el último sitio por debajo de los 25 puntos, cuando el promedio es de 53 puntos de un total de cien. Estas cifras indican el pésimo desempeño del aún secretario Alejandro Zairick Morante.

Todo esto significa que Veracruz no puede competir con otras entidades en la captación de inversiones debido a que no hay capacidad para impulsar la producción y mantener un sano ambiente empresarial que atraiga capitales. También hace notar que no se establecieron estrategias de innovación interna que impulsaran el empleo y el alto valor agregado para incidir en el bienestar de la población.

Pudiera pensarse entonces que Alejandro Zairick sólo llegó a morar en la Torre Ánimas. O bien que en esas oficinas, la creatividad y la iniciativa estuvieron en permanente mora.

El gobernador entrante se ha fijado en Ernesto Pérez Astorga para que ocupe la titularidad de esa importante dependencia. Pero a como se observan las cosas, el empresario xalapeño tendrá que reconstruir el área desde sus cimientos, diseñar y poner en práctica un verdadero programa de desarrollo económico estatal, ir a buscar a capitalistas que deseen invertir en Veracruz y antes que ello, ahuyentar a los pillos e ineptos que descubra por ahí.

Al mismo tiempo tendrá que apoyar la generación de condiciones para que Veracruz tenga seguridad y tranquilidad pública que alienten la llegada de esas inversiones que hacen tanta falta.

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