La semana anterior, y como parte de su persistente lucha contra la minería contaminante y depredadora, La Asamblea Veracruzana de Iniciativas y Defensa Ambiental (LAVIDA) se manifestó en la Plaza Lerdo de Xalapa para solicitar del gobierno cuitlahuista un decreto contra la minería. 

Esta petición la han estado reiterando desde hace varios años mediante plantones, marchas multitudinarias, reuniones y gestiones oficiales ante el gobierno federal; en esta ocasión, fue el sociólogo Guillermo Rodríguez Curiel quien en dicha plaza emitió este mensaje que fue difundido en medios de comunicación y redes sociales: 

“Un día llegará para crear y creer en un Veracruz dotado, procurado, cuidado y amoroso con la naturaleza. Llegará el día en que gobierno y sociedad respetarán la naturaleza. Hoy es el día de solicitar al gobernador que decrete a Veracruz libre de minería tóxica. ¡Volveremos a caminar en plena armonía con la naturaleza!” 

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Y debe recordarse que gracias al trabajo de organizaciones ambientalistas como LAVIDA, hace pocos años lograron detener aquel millonario proyecto de hidroeléctricas en los ríos La Antigua y Bobos. Incluso algunos líderes ambientales de esas luchas fueron perseguidos y se sabe que más de uno de ellos falleció en extrañas circunstancias. 

Pero este año prácticamente pasó desapercibido el Día Mundial del Medio Ambiente que se conmemora el 5 de junio. Todas las energías y preocupaciones del gobernador Cuitláhuac García estuvieron dedicadas a sus aficiones dancísticas y turísticas en su evento SALSA FEST 2022, realizado en Boca del Río durante varios días con estrellas internacionales de ese género musical y con fuerte aportación estatal. Cuentan los contadores y cuentistas, que ese evento logró atraer cerca de 400 mil almas que dejaron una derrama superior a los 300 millones de pesos. 

En palabras claras, lo que quiere decir es que el medio ambiente se transformó en el gran ambiente esos cuatro días de bailongo caribeño, donde a decir de las autoridades hubo mil elementos de seguridad pública para cuidar a los danzantes palaciegos, lugareños y visitantes especiales que seguramente llegaron de varios estados de la república.

Y para que los ambientalistas locales estén satisfechos y con mucho orgullo jarocho, el domingo hubo extenuantes jornadas de funcionarios recogiendo basura y con machete en mano en playas y lagunas para la foto y el cotorreo gozoso entre los sudorosos camaradas. Las redes sociales también estuvieron pletóricas narrando semejante mascarada en modo ecologista. Y desde luego que no faltó el tibio pronunciamiento y consabido blablablá de García Jiménez, dedicado solamente a tratar de envolver a esos tenaces y auténticos defensores de los recursos naturales en Veracruz. 

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