El fenómeno Pokémon se ha apoderado del mundo infantil y de algunos mayores que no maduraron. Desde 1996 el célebre videojuego japonés arrasa en las competencias virtuales a partir de su figura central, presentada en diversas versiones: Pokémon (o Pokemón, en México), cuyo significado literal sería algo así como monstruo de bolsillo.

Entre los pokémones más famosos están Lucario, Blastoise, Togepi, Charizard, Mew y desde luego el amado y amarillo Picachu, cada uno con distintas habilidades y potencialidades. Es un videojuego al que pueden integrarse varios jugadores y localizar, en diversos partidos o torneos, a las cerca de 900 especies ficticias de pokémones, con diferente presentación y estratégicamente ubicadas. El chiste del juego es localizar a los pokémones escondidos, agruparlos, entrenarlos, capacitarlos y hacer ganar a sus entrenadores, que no son otros que los caseros o ambulantes operadores de los videojuegos. 

El creativo japonés que lo inventó, cuenta que en su infancia gustaba recolectar insectos en su barrio y que seguramente esa afición le inspiró a desarrollar este imperio comercializado por Nintendo y otras empresas niponas.

Algo así sucede con los dos o tres personajes centrales de esta trama que pretende crear un nuevo partido político en Veracruz: Podemos, se llama oficialmente esta iniciativa. Y podemos llegar bien lejos, afirman sus sesudos dirigentes y jugadores de la política aldeana, que no saben vivir en el error del que continuamente huía el Tlacuache Garizurieta.

Los directivos de este pre-partido jarocho, han recorrido una buena cantidad de cafés y tertulias para convencer a los inconformes de la 4T y a los cientos de miles que ahora detestan a los otros partidos que no hacen oposición decorosa que pueda tumbar a MORENA y a López Obrador. Estos señores ganosos, pero ya canosos de Podemos, han logrado conformar algo parecido a aquella recordada y divertida generación cromática del universo Pokémon.

Se recuerda hace pocos años que en Japón algunas expresiones desafortunadas sobre el juego, motivaron ataques epilépticos entre los jugadores. Otro detalle importante es que la pokebola (Poket Ball) sirve para capturar a estas juguetonas criaturas. Y no olvide que las arengas para el triunfo usadas en el mundo pokémon han sido; ¡Vamos a conseguir pokemones!, ¡Atrápalos, ya!, y también ¡Hazte con todos!

Quizá el himno de Podemos incluya estas frases, aleccionadas consistentemente por Francisco Garrido y Gonzalo Morgado. Y que igual que a los pokémones, sus representantes regionales anden a la caza de los futuros militantes en centros comerciales, museos, playas, parques, autobuses e infinidad de puntos de encuentro y búsqueda.

La esencia del fenómeno Pokémon es que es un juego de realidad aumentada y de fantasía, donde los personajes se viven como reales y sirven como vía de escape para olvidarse de los problemas cotidianos. Nada más. El partido Podemos, una burda copia aspiracional del partido español, suena a moda pasajera que ni siquiera sentará un precedente en lo político.

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