Sin lugar a dudas, la corrupción permea hacia los cuatro puntos cardinales del territorio, afectando a todas las clases sociales y a todas las áreas de la vida nacional. El hedor que deja a su paso envuelve al país, y como si fuese una terrible peste, tiene la capacidad de aniquilar lo que encuentre enfrente.

El problema se ha hecho mayor en los últimos años. Es uno de los temas que más preocupa a la sociedad mexicana. Y desafortunadamente, puede observarse en cualquier tipo de institución, sea pública o privada. Intereses públicos y privados se entreveran y hacen labor conjunta para extraer recursos del erario, de las utilidades empresariales y de los propios presupuestos familiares. En estos tiempos, prácticamente todos los sectores productivos están expuestos a este creciente mal.

Este fin de semana el tema se hizo presente en distintos discursos. El sábado, en medio de diversos líderes nacionales de izquierda, el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas presentó su propuesta Por México Hoy, un plan que busca conformar una mayoría social alrededor de un proyecto de país. El líder de izquierda hizo una invitación para que se sumen a ese proyecto todos los candidatos que buscan alcanzar la presidencia. Por su parte, se comprometió a apoyar a quien se sume.

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Margarita Zavala, precandidata presidencial del PAN, declaró ayer que es necesario escuchar ese proyecto cardenista de nación. Dijo que “es importante que haya siempre diálogo, y si algo tenemos que hacer los políticos es escuchar…si queremos estar cerca de la gente tenemos que hacerlo, y Cuauhtémoc Cárdenas es un hombre histórico en el país, al que vale la pena no sólo escucharlo, sino además proponer con él y ver una construcción del país”. En el caso del paquete de reformas estructurales, señaló que “éste debió ser implementado por alguien con autoridad, pero la corrupción ha generado tal desconfianza que no permitieron su éxito”.

En su gira semanal por Veracruz, Andrés Manuel López Obrador hizo referencia a la corrupción. Como viene repitiendo desde hace algunos años, señaló que el diez por ciento del presupuesto público se lo llevan los políticos. En realidad se quedó corto, puesto que la pérdida de recursos por esta lacra, es muy superior al porcentaje que él afirma. Cuántas voces, en distintos años de este siglo y en diferentes colores políticos, han dicho que el problema tiene cifras ya superiores al treinta por ciento.

Baste recordar quejas recurrentes de contratistas y proveedores que cuando han visto a funcionarios de estos tiempos en varios lugares del país, les han hablado de porcentajes hasta del cincuenta por ciento.

Tal vez López Obrador, ahora que lidera un partido que se está acostumbrando a redimir gente corrupta, que se abraza desesperadamente a él y que jamás dejará de exprimir dineros mal habidos, hable de un diez por ciento, como una idea de regresar el tema a una cuota “aceptable”, la del tradicional y “legítimo diezmo” que hasta el Libro Sagrado cita.

Ojalá que un pronunciamiento serio como el de Cuauhtémoc Cárdenas, que aborda los tópicos que más interesan a la sociedad, logre impregnarse en las propuestas del peje y sus seguidores, que según las encuestas va a la cabeza en las preferencias de los electores, y en verdad, siguiendo esa reformadora guía cardenista, Andrés Manuel y MORENA logren mejorar el país que tenemos.

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