Después de la elección municipal del domingo pasado en Veracruz, pareciera que todos los actores políticos que desean la gubernatura en 2018, sienten que cuentan con posibilidades para obtenerla.

El primero de ellos, y por segunda ocasión, el gobernador Yunes, quien además de buscar las condiciones para dejar a su hijo Miguel Ángel como sucesor, en lo personal hace lo posible porque las fuerzas panistas lo encarten en la lucha presidencial junto a Ricardo Anaya, Margarita Zavala y Moreno Valle, el ex gobernador de Puebla.

Los resultados de la elección y el poder omnímodo que ejerce, le hacen creer que cuenta con las condiciones propicias para asegurar seis años más la presencia familiar en el máximo cargo en el estado.

Anuncios

Pero esa querencia por ocupar el poder principal en Veracruz, también la tienen algunos personajes de MORENA, que en las zonas urbanas fueron los ganadores absolutos.

Y con los resultados que obtuvieron el 4 de junio, es muy probable que uno o dos morenistas más, pretendan disputarle la nominación a Cuitláhuac García en su segundo intento.

En el atribulado PRI, que realmente obtuvo la tercera posición en el número de votos –sin contar con los del partido verde–, los otros dos Yunes, reiniciaron los escarceos y siguen haciéndose el baile del cortejo, para determinar quién de ellos ocupa la estafeta. Héctor y Pepe, si tomamos en cuenta la magnífica soberbia que los acompaña, no hallan más prospectos para la candidatura, que cualquiera de ellos mismos. Quizá piensen que el terreno tricolor no ha dado a nadie capaz de hacerles sombra, porque son hijos del destino manifiesto. Y este puede ser el más grave error para ellos mismos y para el PRI.

En su caso, el nombre del candidato priista a la presidencia, puede afectar sus posibilidades, a la alza o a la baja.

En realidad, por los no convincentes números de la reciente elección municipal, el que vaya a ser gobernador en 2018, tendrá que caminar todavía mucho para alcanzar el ansiado triunfo. Los 112 municipios de la alianza PAN-PRD no son garantía de nada. Tampoco los cerca de 100 mil votos que obtuvieron en el puerto de Veracruz.

Del mismo modo, la ola morena que atrapa a Xalapa y otras ciudades, no constituye una certeza de ampliar la cobertura en 2018 para llevarse la victoria estatal.

Hemos visto que el tema recursos es muy importante, pero también, que no es determinante cuando la gente desea un cambio. Si los recursos son malos, y se demuestran al estilo Cadena, pueden bajar los momios, como comprobó López Obrador.

También tenemos que considerar que el caso Duarte seguirá dando condiciones adicionales en pro y en contra para cada uno de los prospectos a la candidatura.

Por otro lado, las alianzas entre partidos pueden mostrar a otros personajes, hasta ahora olvidados o minimizados. Movimiento Ciudadano, PANAL y PVEM pueden imponer otros nombres a la baraja.

Estos meses que vienen, pasadas ya las municipales, veremos todo tipo de alianzas, acomodos, trampas y componendas. Una cosa es querer, y otra muy distinta, tener posibilidades reales.

Publicidad