En el editorial “LOS RIESGOS DE YUNES LINARES”, publicado el pasado 3 de noviembre en Palabras Claras, se hacía referencia a las afirmaciones del secretario de hacienda José Antonio Meade sobre la deuda de Veracruz.

Con relación a ello, un día antes el funcionario federal dijo que no habría rescate financiero para Veracruz y que el Estado nunca salvaría a las entidades federativas por malos usos del poder.

“Sin embargo –se dijo–, lo que se desveló a los veracruzanos ayer es que el gobierno del estado deberá resolver los problemas con sus propias armas financieras y administrativas. Y se ven dos opciones”.

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“Tendrán que pedir más préstamos. Lo grave es que saldrá más caro el servicio de la deuda, debido a la actual calificación de riesgo crediticio (BB+), con observación negativa y en un contexto de alta incertidumbre”.

“Los riesgos para el desarrollo de los veracruzanos son muy altos, como lo son para el proyecto político del gobernador electo. Como nunca antes, el escrutinio social estará permanentemente sobre el accionar del gobernador y sus colaboradores más cercanos”.

Una vez tomo posesión del cargo, Yunes Linares fue fortaleciendo la idea de realizar la reestructuración de la deuda a partir de la negativa federal para apoyar el rescate. Para llegar a esa decisión, y en aras de la urgencia, tampoco importaron las bajas calificaciones crediticias.

Ayer en el Congreso del Estado prevaleció la negativa y los diputados acordaron retirar del orden del día el dictamen para la reestructuración de la deuda por un monto de 42 mil millones de pesos, que se había preparado con singular alegría y comedida asesoría. El rechazo motivó dimes y diretes, inconformidades y jaloneos, al grado que la presidenta María Elisa Manterola llegó a hablar de “un pinche circo”.

Puede pensarse que los diputados no quisieron servir de mantel porque olieron maroma y media en el recinto. O quizá no vieron signos monetarios sobre ese mantel. Pudiera ser que el desafortunado concepto del circo, llegó a la mente de la diputada por Martínez de la Torre, debido a que anteayer, cumpliendo con la indicación del gobernador, tuvo que ir a hacer circo, maroma y teatro a Pánuco, junto a su ahora compañero de partido y candidato a alcalde de ese municipio, un bienamado, y limpio por decreto real, ex contralor del duartismo.

Pero lo que sucedió en el Congreso no es extraño. Los asuntos de la deuda pública son temas de dinero contante y sonante que añoran muchos diputados. La sociedad está acostumbrada a los devaneos y desvaríos que se observan en las curules para aflojar las carteras.

Total, el que paga es el pueblo veracruzano.

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