El día de ayer diversos medios de comunicación dieron a conocer que durante el año 2019 el gobierno de AMLO autorizó siete proyectos de fracking para extraer petróleo y gas en los estados de Veracruz y Puebla, informando que al revisar archivos oficiales se constató la inversión de recursos públicos en esos trabajos a cargo de PEMEX.

Los medios destacan las inconformidades de asociaciones nacionales contra esa técnica de exploración petrolera y señalan que la Comisión de Hidrocarburos extendió las autorizaciones correspondientes.

En su conferencia mañanera, el propio presidente de la república negó dicha posibilidad, pronunciándose en contra de esa tecnología y de la minería que perjudica a la población y a los recursos naturales. En sus 100 compromisos por México, establecidos al inicio de su gestión, afirmó que “no usaremos métodos de extracción de materias primas que afecten la naturaleza y agoten las vertientes de agua, como el fracking”.

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Cabe recordar que esta práctica ha sido combatida por organizaciones ambientalistas nacionales y veracruzanas como LAVIDA. El uso de sustancias químicas tóxicas y detonaciones en el subsuelo contaminan los mantos freáticos y perjudican las siembras y la ganadería.

Este asunto es preocupante para Veracruz dado que los planes en cuestión se ubican en la llamada Cuenca Tampico Misantla, una enorme franja de terreno que se ubica entre el Río Pánuco y el municipio de Nautla e incluye municipios poblanos, también opuestos al mencionado fracking.

Los expertos señalan que con esa cuenca petrolera México puede resolver su problema actual de aceite y gas, obteniéndolo con mayor rentabilidad y en menor tiempo que la Cuenca del Sureste o en Aguas Profundas. La cuenca Tampico Misantla, con mil 800 kilómetros cuadrados, es similar en potencial a la célebre y rica Cuenca Pérmica de Texas, donde existen un millón de pozos y 500 equipos de perforación.

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Ya se verá la existencia o cancelación de esas aprobaciones desveladas ayer. Rocío Nahle y los petroleros saben que, si se detonan esos trabajos de extracción de petróleo con ayuda del odiado fracking, podrían crearse cientos de miles de empleos directos e indirectos en el norte de Veracruz, una región abandonada en décadas por el gobierno del estado.

Si a Nahle no la fracturan un posible retardo de la refinería de Dos Bocas o el rechazo terminante al fracking, y consigue crear riqueza y empleos petroleros en Veracruz, entonces podríamos verla como aventajada precandidata por el partido Morena a la gubernatura en 2024.  

Por lo pronto sus estrategias van dejando en el camino a otros prospectos fracturados, que según los enterados, gustan trabajar desde la cómoda computadora, en lugar de acudir a enfrentar los problemas. 

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