Parece que en este siglo los gobernadores veracruzanos no pueden sustraerse de la insana costumbre de incorporar a los empleados de gobierno en sus estrategias políticas. Lo hizo con éxito Fidel Herrera. No sucedió lo mismo con Javier Duarte y Miguel Ángel Yunes, quienes con los programas “sociales” Adelante y Veracruz comienza contigo, gastaron millonarias sumas del erario y en su momento no pudieron triunfar en las elecciones para elegir gobernador. El descrédito y la animadversión que obtuvieron ambos exmandatarios sepultaron las posibilidades de que ganaran sus candidatos a sucederlos: Héctor Yunes en 2016 y Miguel Ángel Yunes hijo, en 2018. 

Esta semana, a 17 meses de las elecciones intermedias del próximo año, algunos medios afines al cuitlahuismo publicaron el inicio de operaciones de las brigadas Orgullo Veracruzano, una estrategia de fines de semana y días festivos—según la nota—en que los servidores públicos irán a las comunidades a llevar programas de gobierno estatales y federales. Y las pintadas de edificaciones que muestran las fotografías, evocan cercanos intentos gubernamentales de manipular las conciencias populares en colonias y localidades del estado.

Vistosas playeras, entusiasmo morenista y enjundia laboral en las tareas, se observan en esas prácticas nada novedosas. Al final del día, son las mismas actitudes y desplantes sin ton ni son, que quién sabe si en esta ocasión lograrán su cometido en esos comicios venideros de alcaldes y diputados. 

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Que vayan a ir a las comunidades a dar servicio, es bueno de alguna manera. Incentivan la economía regional. Quizá el mismo efecto de las visitas por decenas que, según las redes sociales, realiza el pésimo secretario de salud que tiene Veracruz. El doctor Alor, quien con recorridos y cientos de likes en Facebook, no consigue mejorar un ápice ni el servicio, ni las instalaciones, ni la dotación de medicamentos del sector salud. El galeno no termina de embonar en la administración pública, quizá solo llene las espectativas de quien lo impuso en el cargo.

Regresando a esta modalidad de las brigadas de fin de semana para recorrer el territorio y llevar programas a la gente, como coincidencia simplemente, debe registrarse la aprobación-instrucción emitida el día de ayer por el presidente de la república en su conferencia mañanera. 

A una pregunta sobre temas de salud, el presidente declaró que “…les recomiendo mucho a los servidores públicos que se salgan de la oficina, que no le agarren tanto cariño y que se vayan al campo, que se entre en comunicación con la gente. No tiene que haber divorcio entre pueblo y gobierno”. Más claro, no pudo haberlo transmitido.

AMLO ha venido varias veces a Veracruz en este gobierno. Por contacto, saludos y discursos, la gente no para. Ojalá y así mismo, algún día Andrés Manuel traiga más seguridad pública, más y mejor atención médica, más obras públicas y más fuentes de empleo para los veracruzanos.

Las politiquerías  -por desgracia o por fortuna- no resuelven los graves problemas. Pero sirven para que el pueblo y los electores midan el alcance de las palabras y de las acciones de los individuos y de los gobernantes. 

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