La semana anterior el titular de la Secretaría de Educación de Veracruz tuvo que detener sus actividades de oficina a causa del coronavirus. El maestro Zenyazen Escobar García informó que dio positivo a la prueba de Covid-19 y que la enfermedad lo obligaba a recluirse en su domicilio durante el tiempo que prescriben los médicos.

Sin embargo, en su ausencia laboral han surgido fuertes problemas en la secretaría a su cargo. De todos ellos, cuatro temas son los que ameritan atención inmediata. El primero y de mayor impacto social es el relativo a las famosas y criticadas cuotas escolares en las escuelas de educación básica, asunto que va y viene en los medios de comunicación y redes sociales, con el consabido disgusto de los padres de familia afectados por ese tipo de disposiciones que semejan abusos. 

El segundo tema es el de los pagos de colegiaturas en las escuelas particulares, problema que ameritaría alguna intervención mediadora, conciliatoria o regulatoria del secretario de educación, a propósito de la agobiante crisis económica que se sufre en el estado.

El tercer caso que puede estallar y llegar a Palacio Nacional, es la denuncia que se ha presentado respecto a irregularidades en la calificación de los exámenes de la Universidad Popular Autónoma de Veracruz (UPAV), donde los alumnos quejosos deslizan informaciones en el sentido de que los profesores están reprobando a un altísimo porcentaje de estudiantes en exámenes parciales o finales, con el propósito de que los alumnos depositen en cuentas bancarias a nombre de personas físicas, los importes de injustos exámenes extraordinarios. Proponen la supervisión y revisión de resultados de esos exámenes. Infieren también que esa mecánica de recepción de dinero es realizada de manera irresponsable por maestros que no reciben a tiempo sus salarios en la Universidad.

Pero el caso más preocupante, que no logra ser resuelto y erradicado en la SEV es el relativo a los títulos profesionales, que extrañamente tardan meses o años en ser entregados a los jóvenes que cumplen con todos los requisitos de titulación que marca la Ley. Desde gobiernos pasados, esta ha sido queja recurrente de egresados de los diversos Institutos Tecnológicos dependientes de la SEV. Hace unos días, el turno en las reclamaciones fue de la Universidad Tecnológica de Gutiérrez Zamora, donde alrededor de 300 egresados inconformes hablan de que algunos llevan hasta cinco años de trámites y gestiones y ni así logran recibir su documento de titulación.

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Se recuerda el caso de un exalumno del Instituto Tecnológico de Coatzacoalcos, quien declaró a Palabras Claras que después de año y medio de insistencia en su campus, tuvo que acudir personalmente a la SEV y a dos o tres instancias administrativas en Xalapa, hasta que por fin recibió el ansiado documento. Mientras tanto, el joven profesional había perdido dos importantes oportunidades de trabajo, además de haber gastado miles de pesos en viáticos y gestiones adicionales.

Cuántos cientos de egresados veracruzanos del nivel superior resultan afectados porque en la SEV no hay sensibilidad y tampoco responsabilidad en asuntos tan simples como la expedición y firma de los títulos profesionales.  ¿O es que se trata de una fuente irregular de ingresos esquilmados a los jóvenes y sus familias?

En modo avestruz, el gobierno de Veracruz jamás podrá impulsar el desarrollo profesional y laboral de sus egresados.

Las cosas en la SEV precisan que Zenyazen Escobar regrese sano y salvo a sus actividades como secretario. Una dependencia tan importante no puede estar sin cabeza y sin la operatividad del titular. Esperemos que el funcionario supere la enfermedad pronto y se anime a usar cubrebocas en sus reuniones. 

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