El mes de julio ha traído a la escena, tres hechos que hacen pensar en la pertinencia del Sistema Nacional Anticorrupción. El primero, el plazo fatal que se vence el día 18, para que todas las entidades federativas tengan debidamente instaurado su Sistema Local Anticorrupción, en cumplimiento de lo que establece la ley de la materia.

Esperemos que este importante tema haya sido preparado a conciencia por el contralor Moreno Chazzarini, y turnado con oportunidad al Congreso Estatal para su aprobación por los diputados.

El segundo hecho, que es el más delicado, es el comentario que hizo el diputado Sergio Rodríguez, Presidente de la Comisión de Hacienda, quien informó que la Auditoría Superior de la Federación (ASF) ha denunciado que Veracruz no está cumpliendo con las disposiciones de disciplina financiera respecto a la deuda municipal. A este ominoso aviso, deben sumarse diversas voces de alerta, en el sentido de que hay demasiada opacidad en el gobierno yunista.

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Estas circunstancias debieran llenarnos de preocupación, si recordamos que en enero de 2016, fue la propia ASF, en voz de su titular, quien destapó la cloaca del gobierno de Javier Duarte, agregando esa ocasión sin reparo alguno, que dicho ex gobernante debía estar en la cárcel. Desde esa denuncia pública, se le vino el mundo encima a él, a su administración, a sus principales funcionarios y a la misma sociedad.

El tercer hecho, que tuvo lugar en Guatemala, de características hilarantes, ha sido el proceso de extradición del mencionado Javier Duarte, quien a manera de despedida de los reporteros internacionales en el tribunal, soltó unos versos de origen sevillano, con los que quiso decir y no decir nada. Pero lo que dejó entrever con su actitud, es la duda de que este corrupto personaje llegue a pagar por lo que causó al erario y al pueblo.

Ojalá que el caso Duarte y todas sus implicaciones legales, políticas y económicas, agilicen la constitución e integración del Sistema Veracruzano Anticorrupción, para que sea esta instancia quien vea y se encargue de asegurar el castigo que las leyes impongan a quienes hayan causado tales delitos.

El seguimiento puntual y preciso a este caso, puede dar un honroso y ejemplar inicio de funciones de este Sistema, ya que es un asunto altamente sensible en esta entidad federativa. Pero también serviría para evitar en lo futuro otras sorpresas como la que está hundiendo a Veracruz.

Si no lo hiciere así –recordando las palabras de la toma de protesta que señala la Constitución del estado–, quedarían para la posteridad y el escarnio, las siguientes expresiones, pronunciadas en torno a estos vergonzosos acontecimientos de la historia veracruzana actual:

“Merezco la abundancia” proferidas compulsivamente por la docta Karime Macías en su famoso diario. “Paciencia, prudencia, verbal continencia, dominio de ciencia, presencia o ausencia, según conveniencia”, versos copiados de la picaresca sevillana por la astuta Karime, secundada ayer y siempre por su esposo Javier Duarte. Y por último, “Flatulencia”, el certero calificativo otorgado al final del día por el poeta Jorge Brash, al conocer los afanes literarios y filosóficos del todavía preso guatemalteco.

Si no cumpliera con su misión suprema, los versos que nos compartió Duarte, podrían ser usados como lema popular para ese novísimo Sistema Local Anticorrupción. En ese supuesto, bastaría agregarle la frase “Gentil flatulencia”, como aportación veracruzana.

Eso, es lo que hay.

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