Las muestras de descomposición de la clase política se hacen patentes con mayor frecuencia cada día que transcurre. Y los ejemplos se suceden uno tras otro en una época en que es difícil encontrar valores morales. El problema pareciera que no respeta edades ni clases sociales y que más bien es una lacra universal. Basta mirar hacia cualquier dirección, para encontrarlo; es como si estuviera en todos lados.

Primero conocimos una serie de videos comprometedores y esclarecedores de la diputada Eva Cadena, quien después de la graciosa huida, volvió al ruedo legislativo en Xalapa, sin aclararnos donde quedó la bolita y el dinero que presuntamente recibió para Andrés Manuel López Obrador.

Pero esta semana hemos tenido ejemplos que mueven a asombro. Ahí tenemos el caso TAMSA y su destituido líder sindical acusado y detenido, cuando con motivo de la lucha por la dirigencia, murieron dos trabajadores en el puerto de Veracruz hace unas semanas.

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Las complicadas circunstancias productivas, políticas y electorales en el estado, movieron al dueño de la empresa y al propio gobernador Yunes, a echar algunas páginas hacia atrás para hacer como si no hubiera pasado nada. Aunque después de raras negociaciones, el día de ayer el sempiterno líder Pascual Lagunes quedó vinculado a proceso por los delitos de incitación y apología a cometer un delito. No obstante, el gobernador quedó, una vez más, como bebé gruñón.

En la capital del estado, y también el día de ayer, la cínica declaración del diputado local Vicente Benítez –el de las maletas voladoras de Toluca–, que nos aclaró que su persona es ajena a las corruptelas por las que se señala al gobierno duartista, ya que sólo son rumores los de su enriquecimiento. El legislador catemaqueño quiere hacernos olvidar lo que todo mundo sabe: que durante su larga etapa como funcionario con Javier Duarte, fue uno de los actores que siempre tuvo papel, y de dos tipos: moneda y de comedia.

Pero si nos vamos a la campaña electoral, hay otros casos divertidos: primero el mensaje de campaña del íntegro empresario Daniel Zairick, el candidato a alcalde por la alianza PAN-PRD en Orizaba, quien en su afán innovador y cosmopolita, copió hasta con las inflexiones de voz, el discurso político de Mauricio Macri, el presidente argentino. El grosero video le está dando la vuelta al mundo y una buena cantidad de burlas, debido a su plagio discursivo y su carencia de ideas propias. Nada que sorprenda, esa familia gusta del buen teatro.

Otro más, que ya no asombra, el del orgulloso diputado panúquense Rodrigo García, quien ahora deja colgado al Partido Verde y vuelve oportunamente como el hijo pródigo a su nido, el PAN. Aquí solo se oficializó la traición.

Un tremendo caso al estilo del cubano comediante Tres Patines, es el de Sergio Leyva, el siempre sí, candidato por el PAN-PRD a la alcaldía de Emiliano Zapata, quien como sólo le dieron 10 días para la campaña, empezó a mostrar el músculo que lo mueve: un amarillo y amplio parque vehicular nuevecito, marca Olmos, así como miles de despensas con su nombre.

Lo acontecido después de tremendo jaloneo en la cúpula, hace pensar que la resolución del Tribunal que calificó su participación de última hora, forma parte de esa temible fortaleza zapatense, auspiciada desde un despacho frente a la Catedral, en donde también pudieron salir las despensas del bochornoso caso Lisbeth, la sandia candidata de Juchique. En estos casos todo queda “franco”, sencillito.

Veracruz trata de salir de una oscura etapa de mal gobierno y corrupción. Pero ante lo que estamos percibiendo, tenemos que preguntarnos si estas muestras de soberbia, omnipotencia y cinismo, abonan a la construcción de escenarios positivos.

Por todo ello, la sociedad veracruzana tendrá que hacer valer el lugar que le corresponde y poner las cosas en claro con su voto el próximo cuatro de junio.

Y luego se preguntan porqué la gente anda encabritada. Mejor dicho, encabritados y enmorenados.

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