Ni seis meses tiene en el puesto la encargada de la Fiscalía General del Estado y de pronto le quieren exigir grandes resultados y le sacan a relucir el parentesco con una dama relacionada con el grupo delincuencial de Los Zetas. La información que había trascendido desde hace algún tiempo fue estratégicamente utilizada en la primera comparecencia oficial de Verónica Hernández Giadans ante el Congreso de Veracruz.

El gesto de honestidad cruda -aceptar que es prima de una presunta delincuente- que adoptó la encargada de la Fiscalía ante una pregunta del anterior presidente de la legislatura, ha sido nota nacional en las últimas horas y punto de arranque para que el PRD así como dos o tres propietarios de medios de comunicación y algunos analistas políticos locales comenzaran a demandar la separación inmediata de la funcionaria.

Considerando que la seguridad pública, la procuración de justicia y la lucha anticorrupción constituyen temas álgidos en la actualidad veracruzana, resulta pertinente reflexionar sobre este caso y las diferentes lecturas que pueda proporcionar.

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En primer término, debemos hacernos una pregunta: ¿Como seres humanos, acaso somos responsables de las acciones buenas o malas que lleven a cabo los familiares cercanos y lejanos, así como los amigos y conocidos?

En segundo lugar, acaso los actores que solicitan tal separación del cargo, o aquellos que podrían estar conduciendo el operativo, recibieron información en el sentido de que Hernández Giadans será confirmada en definitiva como Fiscal General. Y por ello quieren bajarla del caballo.

Será que el diputado multicolor Pozos Castro sorprendió malintencionadamente la buena fe y la honradez de Verónica, quien, en respeto a las leyes y al Congreso del Estado, decidió transparentar como lo hizo, que la señora aludida es, en efecto, su prima hermana por la vía paterna.

La funcionaria habló con certidumbre, porque no podía caer en una mentira como la del primisímo. Le aplicaron aquello de “aquí, o la bebes o la derramas”. ¿A quién le convenía poner la zanahoria y al mismo tiempo disfrutar una pequeña venganza?

Debe recalcarse que la encargada de la Fiscalía, reconoció ante los diputados, que “desde hace treinta años no tiene ningún tipo de relación con la otra persona”. También es por muchos conocido, que la abogada Hernández Giadans, no es afecta a visitar a familiares en otras ciudades, como es el caso de sus tíos y primos por la vía materna que residen en el norte de la república, a quienes tampoco trata con regularidad. Como madre de familia que se ha responsabilizado en lo personal del desarrollo de sus menores hijos, su tiempo libre lo restringe a sus actividades relativas a la crianza y la supervisión de su educación. 

Sin embargo, esperemos que sean las autoridades correspondientes, las que determinen la continuidad o no, de la señora Verónica Hernández Giadans en el cargo en cuestión. 

Porque no sería correcta una decisión de alto nivel a partir de una estrategia del bajo mundo jarocho. Sería dar pauta a un remedo de juicio sumario de carácter sectario que se está practicando, en perjuicio de los derechos humanos y la presunción de inocencia que deben existir en un estado de derecho.

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