José Antonio Flores Vargas

Algunas de las situaciones que vive Veracruz en estos días, hacen recordar el dicho aquel de “aplicar la táctica del avestruz”. Esta estrategia se sigue cuando ante un determinado problema, se toma la decisión de no dar la cara, o bien, de tomar medidas fuera de lugar.

A la retórica gubernamental parece no importarle ni dolerle lo que ocurre en el estado. Como si no se interesara la suerte que corre el pueblo.

Algunos psicólogos han acuñado la frase “síndrome del avestruz”, para referir a las personas que no pueden controlar su miedo, al grado de que éste se convierte en una fobia, o incluso, en una patología más grave.

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En la vida cotidiana, el riesgo de tener que enfrentarse al miedo, que es un temor normal, suele paralizar a las personas, impidiéndoles tener una vida plena.

Entre los problemas que hacen pensar en esa táctica, aplicada por los responsables de las instituciones de gobierno, existen varios ejemplos.

Si se habla de la deuda pública y de los pasivos con contratistas y proveedores que mencionan todos los días los medios de comunicación, varios actores de la vida estatal han tenido que salir a dar explicaciones y cifras diversas, ante la ausencia de una verdad única e institucional que calme el nerviosismo. Los responsables han preferido callar o dar señales de humo.

Si se trata de la seguridad social de los miles de jubilados y pensionados del Instituto de Pensiones del Estado, no hay quien venga a tranquilizarlos sobre la puntualidad de sus pagos mensuales. En relación al tema, estamos convencidos de que los responsables irán a rezar a la Virgen, ante su llamado.

Si hablamos de las denuncias de la Auditoría Superior de la Federación, del SAT y de las instancias que vengan a presentar más demandas en estos meses, ya sabemos que los responsables del ORFIS, de la Contraloría General y de la Presidencia de Vigilancia del Congreso Estatal, no dirán nada creíble y nos recordarán a una manada de avestruces que cuando se sienten en peligro agachan la cabeza para camuflarse en el terreno.

Sobre los rumores de ataques a escuelas, como los que ayer se dieron en varios municipios del centro del estado, los veracruzanos se percataron de que no hubo una voz de alto nivel, que tranquilizara a la población. Lo que sí hubo, fue la percepción de que ya no hay alguien con la estatura y la autoridad suficiente, que indique que todavía hay gobierno en Veracruz.

Y esto es muy triste. Haría falta recordar que así como los padres no se divorcian de sus hijos, los Estados no debieran desinteresarse de lo que sucede a sus ciudadanos.

Sin embargo, y con respecto a la interrogante de la sociedad sobre si habrá o no, castigo para aquellos que defraudaron la confianza de los veracruzanos, podríamos contestar haciendo también referencia a los avestruces. Los investigadores aseguran que estas aves son de las que tienen la piel más dura y poseen el mejor sistema inmunológico de cualquier criatura viviente sobre la tierra.

Y también dicen que es un mito popular, la idea de que meten la cabeza en la tierra. Cuando los avestruces sienten peligro, sólo bajan la cabeza a ras del suelo para ocultar su largo cuello y confundir a los depredadores.

Esto significa que muchas cosas seguirán en el aire.

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