Varias de las noticias de este mes de agosto hacen pensar que los adultos mayores de México vivirán, ahora sí, mejores tiempos. Quizá la edad que tiene Andrés Manuel, o el hecho de que el presidente electo esté reincorporando a la política a numerosos personajes de este sector poblacional, muevan a creer en una reactivación de todos aquellos connacionales que cuenten con 65 años o más.

Pareciera que las triunfales décadas de los muchachos de Harvard o del ITAM quedarán en el olvido. Y que se están democratizando las posiciones del poder público y político. Los viejos también aportan a la patria y también cuentan.

López Obrador sacó del olvido a Bartlett, a la maestra Gordillo y al minero Napoleón. Y en su futuro gabinete ha incluido a otros señores y señoras que se acercan a estas edades. Hasta en Veracruz sucedió algo similar: la especial invitación que la Secretaría de Marina hizo al exgobernador Miguel Alemán Velasco para presenciar junto a los almirantes y personalidades convocadas, el evento principal del festival de veleros que se lleva a cabo en estos días en Veracruz.

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Y también llama la atención el informe de que una franquicia internacional de cafeterías, abrirá la primera de ellas en la Ciudad de México, que será atendida exclusivamente por adultos de este segmento.

Pero existen otros factores para creer que vendrá una interesante temporada para los adultos mayores. Las autoridades acaban de publicitar que el país se ubicó en el sexto lugar de visitantes extranjeros, lo que significa mayor entrada de divisas por turismo. Y en el lado de las remesas en dólares de migrantes desde Estados Unidos, hace varios meses que estas continúan subiendo. Y en el transcurso de ayer, los presidentes Trump y Peña nos informaron que finalmente pudo concretarse la renegociación del tratado de libre comercio entre México y ese país.

Estas noticias positivas proporcionan confianza en que la nación contará con los recursos presupuestales suficientes para concretar el incremento del 100 por ciento a la pensión que se otorga a las personas de 65 años en adelante—anunciada semanas atrás por López Obrador—.Y mejor aún, su afirmación de que ese apoyo económico se dará, independientemente de que el beneficiado reciba otra cantidad por pensión o jubilación, lo que significa que nos acercamos ya al esquema de la pensión universal para todas aquellas personas que alcancen esa edad, sea cual fuere su situación.

Quizá esta pensión universal sea la respuesta a la crítica de que no sólo basta una Secretaría del Bienestar, como lo propone el gobierno entrante, sino que los abundantes recursos presupuestales que se otorguen por todo el territorio, ahora sí funcionen para disminuir la pobreza. Pudiera ser que tal despliegue millonario en las regiones, sea lo que por fin detone la economía y se redistribuya esta riqueza a todos los sectores de la población.

Por lo pronto, también el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) propuso crear un Sistema Nacional de Cuidados, que considere un esquema de apoyo universal para adultos mayores que sustituya los actuales programas sociales inconexos y dispersos, y que les asegure a esos ciudadanos un ingreso que les permita afrontar problemas médicos, pérdida de ingreso y otros eventos coyunturales a su etapa de vida. Ayer la institución terminó informando que el país tiene 9.6 millones de adultos mayores, de los que el 41% están en condición de pobreza.

Noticias preocupantes que hacen ver como adecuada la propuesta de duplicar y direccionar recursos frescos para beneficiar a todas las mujeres y hombres adultos mayores. La sociedad espera con impaciencia la llegada del nuevo gobierno y que haga realidad los diferentes anuncios para llevar progreso a las 32 entidades federativas y con ello mejorar la vida del pueblo mexicano.

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