José Antonio Flores Vargas

Ayer se celebró en México el Día Nacional de la Lucha Contra la Homofobia. Diversas organizaciones civiles y los medios de comunicación hacen recordar a la sociedad que el matrimonio igualitario es el tema número uno en la agenda del movimiento gay a nivel mundial.

Desde hace varias décadas, el gobierno del Distrito Federal ha estado a la vanguardia en el tratamiento de los asuntos más sensibles que preocupan a los ciudadanos. Recordemos por ejemplo, su política de desarrollo social en apoyo a los adultos mayores, a las jefas de familia, a los estudiantes rechazados, entre otros casos.

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En ese tenor, en diciembre de 2009 redefinió su concepto de matrimonio como “la unión libre de dos personas para realizar la comunidad de vida”. La reforma entró en vigor en marzo de 2010 y permitió que en su primer año de vigencia se casaran 700 parejas del mismo sexo.

En junio de 2015, la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, emitió un fallo en el que declaró inconstitucional la prohibición del matrimonio entre personas del mismo sexo.

Pero esa decisión fue considerada como una “tesis jurisprudencial” que no invalida las leyes estatales, lo que significa que las parejas interesadas en formalizar su unión, tienen que demandar por el derecho a casarse, y esperar que los tribunales fallen en cada caso concreto.

Los amparos en favor del matrimonio gay, han permitido uniones legales en varios estados, entre ellos Veracruz. No olvidemos que de otra forma no es posible. El artículo 75 del Código Civil del estado de Veracruz, establece que “el matrimonio es la unión de un solo hombre y de una sola mujer que conviven para realizar los fines esenciales de la familia como institución social y civil”.

Sin embargo, la insistencia mundial hacia la apertura ha permeado hasta en El Vaticano. El Papa Francisco ha enviado señales de flexibilidad al declarar que él no juzga a los homosexuales y que estos no deben ser marginados de la sociedad.

Esa misma apertura y flexibilidad mostró ayer el Presidente Peña Nieto, cuando incluso invitó a su auditorio en Los Pinos, a un recorrido por la casa presidencial. Lo hizo en el marco de la celebración del Día Nacional de la Lucha Contra la Homofobia. Ante su presencia, firmó la Iniciativa de Reforma al Artículo Cuarto Constitucional, para incorporar el criterio de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de reconocer como un derecho humano que las personas puedan contraer matrimonio sin discriminación alguna, quedando explícito el matrimonio igualitario en la Constitución. Ofreció también, acelerar las reformas que permitan otros avances en los derechos humanos exigidos por amplios sectores de la sociedad. En suma, asegurar el derecho legítimo de todas las personas a una convivencia digna en el marco de la Ley.

Como vemos, el anuncio principal de ayer fue muy oportuno, una verdadera lucha contra la discriminación –como dijo el Presidente-, en tiempos de diversidad y de elecciones para gobernador en doce estados.

 

 

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