Si le cambia un poco la suerte a nuestro estado y a su gente, en dos años podremos contar con un tren que conduzca turistas al puerto de Veracruz.

Si es que se logra concretar este ambicioso proyecto que beneficiará a las ciudades de Veracruz y México, la infraestructura férrea existente permitirá a los paseantes nacionales e internacionales, conocer algunos de los paisajes de costa y de montaña que hace casi 500 años observó Hernán Cortés, cuando en sus afanes de conquista partió de la Villa Rica de la Vera Cruz a la luminosa ciudad de Tenochtitlan, la entonces capital de los mexicas.

La información fue publicada el día de ayer por el periódico El Financiero. Según este medio, el proyecto en cuestión lo lidera el Consejo Nacional Empresarial Turístico, quien señala que el costo del mismo asciende a 100 millones de dólares, que se invertirían en un plazo máximo de dos años, utilizando las vías de acero que hace más de cien años instalara e inaugurara el gobierno de Porfirio Díaz .

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Desde luego, en el texto de esa grata noticia para los veracruzanos y especialmente para el empresariado estatal del ramo, no se observa ninguna participación del Gobierno de Veracruz, ni de su Secretaría de Turismo y Cultura a cargo de Leopoldo Domínguez Armengual, uno de los funcionarios que más ha descuidado su trabajo por dedicarse a hacer turismo vano con cargo al presupuesto.

De esa área, que además tiene muchos años sin concretar ningún proyecto relevante -salvo los buenos negocios de su extitular Harry Grappa-, en estos meses sólo hemos conocido el despido de personal que no se puede defender, como el caso de los trabajadores afectados en el Instituto Veracruzano de la Cultura, en manos de otro experto en todo y en no dar resultados.

Si se busca información en la página web de la Secretaría, lo primero que encontrará será el anuncio de un mensaje a los lectores. Pero tendrá que aguardar otro poco para conocerlo, debido a que aún se encuentra en construcción, como seguramente pasa con todo lo que concierne a planes, proyectos y resultados en pro del turismo y la cultura estatales.

Para la sociedad veracruzana, esa noticia (la del tren turístico) representa una esperanza de que por fin, algunos inversionistas foráneos quieran hacer negocios en este sufrido terruño que no sabe cómo acabar con la inseguridad y la corrupción. En relación a este proyecto, por suerte, los paisanos no necesitarán su culminación para que este tipo de funcionarios inútiles se alejen en el tren del olvido.

Eso sí, mientras los veracruzanos esperan el cambio y las realizaciones, los días del 27 al 31 de octubre próximo, después de analizar el Informe de Gobierno, podrán acudir a la parte trasera del Palacio, concretamente a la Plaza Zaragoza de esta ciudad, a degustar los ricos platillos del anunciado Festival del Pan y el Tamal.

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