Después de meses de sondeos en los partidos políticos, de identificación de prospectos viables, de precampañas e intercampañas, el pasado primero de marzo inició la verdadera campaña electoral que concluirá el próximo domingo 2 de junio. Serán tres cortos meses de intensas jornadas en la república mexicana para los candidatos presidenciales, y en su momento, la presentación de propuestas de gobierno en los debates que apruebe la autoridad electoral.

Los partidos políticos se alinearon en los estados siguiendo la fórmula establecida para la elección presidencial: Morena y sus partidos coaligados, el PVEM y el PT, frente a la alianza opositora conformada por el PAN, el PRI y el PRD, y de manera prácticamente testimonial en Veracruz, participa el partido Movimiento Ciudadano (MC). Esta campaña iniciará a partir del 31 de marzo.

Rocío Nahle encabeza la alianza oficialista en el partido Morena y de parte de la oposición, Pepe Yunes abandera las fuerzas del PAN-PRI-PRD. Por MC, el exalcalde de Medellín, Hipólito Deschamps se convirtió en el candidato a la gubernatura que tratará de rescatar votos para los alicaídos emecistas, después del destape sorpresivo que hizo Dante Delgado. 

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Siguiendo la línea de su guía, el presidente de la república, Rocío Nahle insiste que encabeza las encuestas y que lleva mayoría en la intención del voto, como mero instrumento de publicidad y engaño. Pero su Talón de Aquiles es su origen zacatecano y su desconocimiento de la situación de Veracruz, además de la permanente serie de cuestionamientos por los fuertes incrementos de costos, el influyentismo, el nepotismo y la corrupción en la construcción de la Refinería de Dos Bocas. 

El candidato Pepe Yunes ha sido acuerpado por los más importantes actores políticos de la oposición, y su imagen ha crecido a lo largo de los meses, subiendo puntos porcentuales en las estadísticas electorales. Su condición de veracruzano de a de veras, de expresidente de partido, de exsenador, de exalcalde de Perote y de diputado federal y local en varias oportunidades, le proporciona un horizonte cada vez más claro y positivo en la opinión de los ciudadanos veracruzanos.

Así que la auténtica lucha por la gubernatura estará entre Nahle y Pepe. Conforme pasan las semanas diversos líderes regionales están reencauzando sus posiciones y sus opciones por dignidad al arraigo veracruzano y a que, aseguran, no permitirán otro gobierno como el de Cuitláhuac, mucho menos, “segundos pisos” masturbadores. 

La situación arriesgada de Rocío Nahle, hace recordar condiciones similares a las presentadas en épocas anteriores, cuando algunos expresidentes de la república utilizaron aquella estrategia de negociación entre partidos y gobierno, conocida como “concertaceción”, algo así como “ok, te reconozco el triunfo aquí, pero el partido oficial gana allá”. Y es que el gobernador Cuitláhuac no le aporta absolutamente nada a Nahle, aparte de los consabidos rollos y lastres que ha intentado subir a su barco. 

Todas estas circunstancias, evidentemente, favorecen a Pepe Yunes.

Parece que, si no le salen tan mal las cosas a AMLO a nivel nacional, este podría empatar los números y quedarse con la Ciudad de México, a cambio de conceder el triunfo a la oposición, en dos o tres entidades federativas, como es el caso de Veracruz, donde la ciudadania y los del Frente Amplio pujan con enjundia, y la candidata de palacio escurre por sus bocas -la de ella y su marido- podredumbre. 

Millones de veracruzanos observan que efectivamente la candidata de palacio va despacio, y de seguir así, difícilmente vencerá a Pepe Yunes. 

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