Entre los primeros aspectos que deben reconocerse a la novel gestión de Cuitláhuac García Jiménez como gobernador del estado, es que la población no percibió la zozobra y preocupación que vivió hace dos años, cuando su antecesor subió a su bicicleta para ir a dar un discurso en la plaza Lerdo, justo frente al palacio de Enríquez.

Sin duda, esa tarde de diciembre constituyó el momento en que Yunes Linares estuvo más cerca del gobierno, porque el resto de su gestión sólo hizo como que gobernaba, para dedicarse de lleno a tres asuntos prioritarios: arreglar las circunstancias políticas para colocar un sucesor de su misma sangre; inundar al estado del tema Javier Duarte y, por último, negociar con los máximos dividendos la entrada de los duartistas al reclusorio de Pacho, o su salida futura por defectos de procedimiento.

La segunda señal positiva de Cuitláhuac García fue el haber designado a un buen número de mujeres en cargos importantes de la administración pública. El tercer acierto, fue el haber dado seguridad de que no se le caería la cuestión financiera y administrativa, ni el caso de los jubilados y pensionados del Instituto de Pensiones del Estado, que podría haberle detonado entre las manos. Cabe resaltar que en esa estratégica institución colocó a Daniela Griego, gente de su confianza y una de las damas que garantiza, sin tanto rollo mareador, la paz y la tranquilidad navideña de ese sector tan manoseado y perjudicado en las últimas administraciones estatales.

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Otro acierto inicial fue el de confiar en Éric Patrocinio Cisneros el tema de la gobernabilidad veracruzana. El político de Otatitlán ha demostrado desde hace varias semanas que en el Palacio las cosas no irán despacio, y que como lo ha venido haciendo, visitará sin descanso y con resultados las comunidades y lugares en donde se presenten los problemas.

Fue muy oportuna la salida del gobernador respecto al cierre del Museo Interactivo de Xalapa (MIX), señalando con claridad que dicha instalación podría reanudar operaciones como había venido sucediendo hasta noviembre. El inmueble en cuestión ha recibido importantes donaciones, desde su construcción, y debe reconocerse que no fue buena la decisión de cerrarlo para colocar oficinas administrativas. La cultura no puede ser sustituida con burocracia.

Pero en relación a las altas cifras de burócratas despedidos que se han venido manejando en “las benditas redes sociales”, saltando desde ahí a los medios de comunicación, es necesario que el tema sea manejado con mayor interés e inteligencia por quien deba afrontarlo. Si se deja en el aire como está viéndose hasta ahora, podría causar serios problemas a futuro, como le ocurrió al régimen anterior.

No sea que por cada 10 empleados que se van, lleguen cien, como ocurrió en el yunismo, evocando además de que muchos de los que entraron en esa época, llegaron de otras entidades federativas.

La transformación morenista debe ser para mejorar, nunca para mostrar retrocesos y alejamiento con la población y los diversos grupos sociales. Así lo entienden los veracruzanos.

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