No sabemos si es pactada, forzada u ordenada desde las alturas del poder, pero la coordinación que están mostrando el gobernador del estado y el alcalde de Xalapa, se percibe como una medida inteligente adoptada por ambas autoridades, en beneficio de la población municipal.

Y es que no podría ser de otro modo el manejo de los asuntos torales y vitales del territorio donde confluyen los poderes estatales y los de la capital de Veracruz.

Xalapa es el lugar donde más se manifiestan los aciertos o desaciertos en la conducción política del estado. Y es el lugar donde un alcalde puede trascender más allá de los límites de la entidad federativa.

Anuncios

Como ciudad sede de los poderes es la plataforma estatal más importante ante la nación y la que tiene más reflectores sobre ella, para difundir la capacidad de un gobernador o de un alcalde. Y más, atendiendo a lo que en Xalapa tratamos de que se sepa en todos los confines del país: que es una ciudad progresista, moderna, preparada y culta, a la que precisamente por esas cualidades, se le ha llegado a denominar como la Atenas veracruzana.

Una ciudad con interesante trayectoria universitaria y con señeras instituciones dedicadas a las bellas artes, a la investigación, y la que por otro lado, es el asiento de dependencias y organismos estratégicos de la federación.

Pero Xalapa había caído en una especie de interregno, a causa de esa falta de coordinación entre gobernador y alcalde. Así, con ese teléfono descompuesto que parecía existir y con sobrada arrogancia en el estilo de gobierno, se fueron incrementando los problemas de inseguridad, de desorden y de depresión económica y moral.

No podemos desconocer las diferencias ideológicas, políticas o de diferentes naturalezas que pudieran existir entre Miguel Ángel Yunes Linares e Hipólito Rodríguez Herrero, pero el hecho es que esas dos autoridades, han sabido mostrar la mesura, la coordinación y la cordialidad que hacía tiempo no se veía en el ámbito municipal.

Qué bueno que ellos puedan acordar y llevar a cabo soluciones respecto a los sensibles temas de la seguridad pública en Xalapa, y que se dejen ver juntos en asuntos de otras características, alejados de cuestiones partidistas o de disímiles maneras de pensar.

Existen asuntos delicados que necesariamente requieren del acuerdo y coordinación estrecha del gobernador y del munícipe xalapeño.

Es más fácil que dos fuerzas unidas puedan contener los embates de la delincuencia organizada o los de la delincuencia común. A ningún lugar positivo llevan los enfrentamientos estériles entre gobernantes.

La congruencia y diplomacia del ejercicio de coordinación entre Miguel Ángel e Hipólito, sería altamente recomendable observarla en todos los municipios del estado. A ningún lado se llega, cuando las fuerzas estiran la cuerda en direcciones opuestas. Los primeros afectados son los ciudadanos cuando a causa de la irresponsabilidad y la omisión, quedan inermes ante la adversidad en todas sus distintas manifestaciones.

Esperemos que esta concordia celebrada en Xalapa, subsista más allá del día primero de julio próximo y que los resultados del buen gobierno en pro de los xalapeños, den a éstos mejores condiciones para la seguridad, el bienestar y el progreso.

Este esfuerzo de gobierno entre Estado y Municipio es uno de los que sí deben reconocerse a las autoridades, independientemente de los colores que defiendan.

Publicidad