José Antonio Flores Vargas

La semana pasada, Miguel Ángel Yunes Linares fue recibido por el presidente Enrique Peña Nieto en la residencia oficial de Los Pinos. Durante varias semanas, los medios locales habían interpretado de todas las maneras posibles la demora de esta primera reunión del mandatario nacional con el gobernador electo.

Para ello tuvieron que suceder varias cosas. Primero, la confirmación del triunfo electoral de Yunes Linares por el Tribunal Electoral. Después, la expulsión de Javier Duarte por el PRI y su solicitud de licencia, un poco antes de la orden de aprehensión en su contra. El miércoles anterior, la aclaración del Secretario de Hacienda, en el sentido de que no existe ninguna posibilidad de un rescate financiero, como lo proponía el gobernador sustituto.

Mientras lo recibía el presidente de la república, MAYL organizó y apoyó la toma del palacio de gobierno por un grupo de alcaldes perredistas, en un afán de asegurar que los recursos captados por SEFIPLAN en estas semanas, se canalicen a los adeudos que tiene con esos municipios y no a otros asuntos menos prioritarios, por ejemplo, pagos para manejo de imagen u otorgamiento de bonos de salida.

Anuncios

La reunión de trabajo que el presidente concedió al nuevo gobernador veracruzano, trae beneficios importantes, y sobre todo, el mensaje de que el estado tendrá orden y liderazgo, además de la supervisión de la federación. Aunque pudiera parecer, Veracruz no estará suelto.

Las organizaciones sociales, los pensionados y los manifestantes en general, continuarán haciendo valer sus estrategias para tratar de apurar o asegurar lo que el gobierno actual tiene pendiente con ellos.

La reunión de Miguel Ángel Yunes con Enrique Peña Nieto, dio al gobernador entrante una mayor seguridad y tranquilidad, que se reflejaron desde sus primeros anuncios el fin de semana. Anuncios, que suenan a compromisos, a acciones que ayudarán a dar a Veracruz la estabilidad y la paz social que tanto requiere.

Los anuncios del gobernador electo fueron sustantivos: Tendrá reuniones con Gobernación para brindar seguridad al Estado. No elevará impuestos y no gestionará préstamos. Ejercerá un gobierno austero y transparente. Pagará a quien se le deba. Guardará la debida relación con los medios de comunicación serios, desalentando los que se crean de un día para otro.

Su afirmación en el sentido de que en esa reunión no se habló del caso Duarte, indican el compromiso del gobierno federal de que será en el centro, donde se finiquite y resuelva ese escandaloso asunto.

Su decisión de estar pendiente de los alcaldes que se encuentran en el palacio de Enríquez, debe verse como una actitud enérgica para obligar a que todas las alcaldías independientemente de su color, reciban sus recursos federales completos y sin reparo alguno.

Buenas sensaciones deja esta nueva actitud de Miguel Ángel Yunes Linares. La energía con prudencia y serenidad son virtudes preciadas en tiempos revueltos. Veracruz requiere de un verdadero hombre de Estado, como hace tiempo no se ha logrado ver en estos lares.

Publicidad