Jesús Lezama
Era un lunes 1º de diciembre de 1952, cuando el ilustre veracruzano Adolfo Ruiz Cortines protestó como Presidente de México, ante los integrantes del Congreso de la Unión. Don Adolfo alcanzó la máxima magistratura del país, sabedor de que debía condenar los señalamientos de corrupción de su antecesor Miguel Alemán Valdés.
Ruiz Cortines, en su primer discurso como Presidente, pronunció: “La colectividad en general debe coadyuvar lealmente para que los funcionarios y los empleados públicos procedan con la más absoluta honradez, y así lograr la moral administrativa y pública de México”. Con la misma convicción dijo: “obraremos con máxima energía contra los servidores públicos venales o prevaricadores”.
Don Adolfo cumplió. Los veracruzanos debiéramos recordar sus palabras y actuar con esos valores.