Jesús Lezama

Con el riesgo de que Aristóteles pueda retorcerse en su tumba, se presenta esta guía de argumentación populista morenachaira con acento mexicano, inspirada en la obra Cómo perder a un país, escrita por la periodista turca Ece Temelkuran, en la que plantea el famoso silogismo aristotélico “Todos los humanos son mortales; Sócrates es humano; luego Sócrates es mortal”: 

ARISTÓTELES: Todos los humanos son mortales.


POPULISTA: Esa es una afirmación totalitaria.


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ARISTÓTELES: ¿No cree que todos los humanos son mortales?


POPULISTA: ¿Me está interrogando? Solo porque nosotros no seamos ciudadanos como usted, sino gente, ya somos ignorantes, ¿es eso? Puede que lo seamos, pero sabemos cómo es la vida real.


ARISTÓTELES: Eso es irrelevante.


POPULISTA: Por supuesto que para usted es irrelevante. Durante años usted y los de su clase han gobernado este lugar, diciendo que el pueblo es irrelevante.


ARISTÓTELES: Por favor, responda a mi pregunta.


POPULISTA: El pueblo real de este país piensa de otro modo. Nuestra respuesta no se encuentra en ningún papiro elitista. 

ARISTÓTELES: (Silencio.)


POPULISTA: Demuéstrelo. Demuéstreme que todos los humanos son mortales.

ARISTÓTELES: (Sonrisa nerviosa.)

POPULISTA: ¿Lo ve? No puede demostrarlo. (Sonrisa burlona de autoconfianza, un rasgo distintivo que se exhibirá́ constantemente para molestar a Aristóteles.) Está bien. Lo que nosotros entendemos de la democracia es que todas las ideas pueden verse representadas en el espacio público, y todas merecen igual respeto. Los dioses afirman…


ARISTÓTELES: Eso no es una idea, es un hecho. Y aquí́ estamos hablando de humanos mortales.


POPULISTA: Si por usted fuera, mataría a todo el mundo para demostrar que todos los humanos son mortales, como lo haría su predecesor.


ARISTÓTELES: Eso no conduce a nada.


POPULISTA: Por favor, termine de exponer su pensamiento, porque yo tengo cosas importantes que decir.


ARISTÓTELES: (Suspiro.) Todos los humanos son mortales; Sócrates es humano…

POPULISTA: Tengo que interrumpirle.


ARISTÓTELES: ¿Perdón?


POPULISTA: Bueno, tengo que hacerlo. Hoy en día, gracias a nuestro líder, está perfectamente claro quién es Sócrates. ¡Sabemos muy bien quién es Sócrates! ¡Ya no pueden seguir engañándonos sobre ese malvado!


ARISTÓTELES: ¿Bromea?


POPULISTA: Para nosotros esto no es ninguna broma, señor Aristóteles, aunque para usted pueda serlo. Sócrates es un fascista. Mi gente finalmente ha comprendido la verdad, la auténtica verdad. Al final el perro enseña los dientes. Ya no pueden seguir engañando a la gente. Iba usted a decir: “Luego Sócrates es mortal”, ¿verdad? Estamos hartos de sus mentiras. 

ARISTÓTELES: Está usted rechazando los fundamentos de la lógica.

POPULISTA: Yo respeto sus creencias.


ARISTÓTELES: Esto no es una creencia; es lógica. 

POPULISTA: Yo respeto su lógica, pero usted no respeta la mía. Ese es hoy el gran problema en Grecia. 

Este es un sencillo ejemplo de la lógica populista básica que, con variaciones, se emplea actualmente en muchos países. Sin embargo, incluso en esta conversación ficticia hay al menos cinco falacias según las reglas generales del debate racional, las reglas fundamentales de la lógica que llevamos siglos utilizando en nuestra vida cotidiana, aunque no sepamos una palabra de latín:

1. Argumentum ad hominem (refutar un argumento atacando personalmente al adversario en lugar de refutar la esencia de su argumento): Usted y los de su clase han gobernado…

2. Argumentum ad ignorantiam (apelar a la ignorancia afirmando que una proposición es verdadera porque aún no ha sido refutada): ¿Lo ve? No puede demostrar que todos los humanos son mortales.

3. Argumentum ad populum (suponer que una proposición es verdadera simplemente porque mucha gente la cree): El pueblo real de este país piensa de otro modo.

4. Reductio ad absurdum (intentar probar o refutar un argumento tratando de mostrar que conduce a una conclusión absurda): Mataría a todo el mundo para demostrar que todos los humanos son mortales.

5. Razonamiento ad-hoc (explicar por qué algo determinado puede ser en sustitución de un argumento acerca de por qué es): La democracia consiste en respetar las ideas, así́ que respete la mía.

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