Lo kafkiano se ha convertido en un adjetivo común en nuestro mundo cotidiano. Invocar una de las parábolas de Franz Kafka, por la manera en que se conducen los actores políticos de Veracruz, nos permite recordar que:

“No desesperes, ni siquiera por el hecho de que no desesperas. Cuando todo parece terminado, surgen nuevas fuerzas.”

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