De la escritora mexicana Valeria Luiselli:

“La columna es un compromiso con un espacio. No con llenar centímetros de papel o de pantalla, sino con usar responsablemente un espacio público. El columnista intenta recoger los malestares generales de la época sin ceder a la presión de opinar lo mismo que la mayoría; sin sucumbir a la tentación vanidosa de recibir aplausos (likes, retuits) a cambio de sus opiniones.

La columna es porosa, diseñada para ser intervenida, criticada, y refutada. La tarea del columnista es perforar superficies y tumbar paredes, para que entren en ráfaga fresca las voces de los demás y siga avanzando la discusión pública, cada vez más matizada, polifónica y compleja.”

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