En alguna ocasión, al filosofo español Fernando Savater se le cuestionó cómo influyen las redes sociales en nuestra vida.

Ante esa pregunta, el pensador respondió: El principal problema que plantea internet es la veracidad. Decir la verdad o no se ha convertido en una cuestión más complicada que en el pasado. Ahora desde casa podemos hacer llegar mensajes falsos, erróneos, incluso nocivos, a conocidos y a desconocidos. Esta posibilidad es nueva, supone un nuevo reto moral, porque muchas veces es cuestión de darle o no a una tecla, y todo sucede en casa, sin que nadie nos vigile, sin que se nos pueda acusar, y sin tener que rendir cuentas a nadie. Nuestro poder ha aumentado, y si nos tomamos en serio la vida, también aumenta nuestra responsabilidad.

El escritor iberoamericano continúa: El poder siempre conlleva responsabilidades, debemos exigirles mucho a las personas que lo ejercen y tienen autoridad… en la democracia, les hemos concedido el poder de hacer cosas que no podemos hacer los demás. Por eso nos indigna cuando una persona que ocupa un puesto destacado actúa de manera nefasta, porque está abusando de nuestra confianza… Internet supone un enorme desafío moral para todos sus usuarios.

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