Venustiano Carranza, al abrir el Congreso Constituyente en la sesión del 1º de Diciembre de 1916 y a 101 años de la promulgación de la Constitución mexicana, resaltaba: “lo primero que debe hacer la Constitución política de un pueblo, es garantizar, de la manera más amplia y completa posible, la libertad humana, para evitar que el Gobierno, a pretexto del orden o de la paz, motivos que siempre alegan los tiranos para justificar sus atentados, tenga alguna vez de limitar el derecho y no respetar su uso íntegro, atribuyéndose la facultad exclusiva de dirigir la iniciativa individual y la actividad social, esclavizando al hombre y a la sociedad bajo su voluntad omnipotente.”

Por ello, la esencia de la democracia está en limitar el poder.

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