Jesús Lezama

El uno de diciembre Rocío Nahle García protestará ante los diputados del Congreso de Veracruz como la primera gobernadora constitucional. Durante sesenta días previos, la exsecretaria de energía ha recorrido la entidad para agradecer el voto y la confianza de los veracruzanos en ella y su proyecto.

En el ínterin de esos recorridos también ha ido presentando a las mujeres y hombres que la acompañarán en la difícil tarea de gobernar la entidad veracruzana. La evaluación de los próximos funcionarios es aceptable en lo general, aunque, como todo en la vida, hay claroscuros. 

La gobernadora electa también ha adelantado algunas de las principales obras y acciones que emprenderá en su gobierno, algunas determinadas desde su administración, y otras, con el apoyo del gobierno federal que encabeza la presidenta Claudia Sheinbaum.

Nahle García ha modificado en este tiempo su temperamento y discurso, al ser más afable y accesible, tanto con ciudadanos como con los medios de comunicación que la han entrevistado en la radio y hasta en la banqueta. 

Y eso pudiera ser el resultado de la seguridad y confianza en lo que pretende para Veracruz y que está atenta a la escucha de la sociedad y de quienes no cargan con fobias ni resentimientos. Hacer a un lado esa pasión sólo traerá beneficios a la ciudadanía.

Si bien es cierto que los ataques de una campaña duelen y merman a los personajes políticos, cuando las campañas políticas terminan, la agresión no debe quedar presa en el fondo de la conciencia. 

¿Las personas que acompañarán a Rocío Nahle, en su gobierno, son almas propicias para superar esas adversidades o serán inmunes a la agresión, sabiendo que tienen todo el poder? Si el gobierno se llena de resentidos, no habrá generosidad, lo cual no se debe confundir con la capacidad del perdón.

“El que es generoso no suele tener necesidad de perdonar, porque está siempre dispuesto a comprenderlo todo; y es, por lo tanto, inaccesible a la ofensa que supone el perdón. La última raíz de la generosidad es, pues, la comprensión. Ahora bien, sólo es capaz de comprenderlo todo, el que es capaz de amarlo todo”, reflexionaba el humanista Gregorio Marañón.

Los políticos que hacen y entienden de política saben que lo más importante es reparar las solidaridades dañadas para luchar por el bien común.

Veracruz no es una empresa que espera el reparto de utilidades. Veracruz requiere que Roció Nahle actúe en contra de aquellos funcionarios del régimen cultlahuista que, amparados en la figura presidencial y en su reiterado respaldo a ciegas, abusaron de la mentira, se valieron de la corrupción y de la inocultable ineptitud e irresponsabilidad de un gobernador que usó esa investidura como simple papel de baño. 

Veracruz tiene la esperanza de que la primera mujer en gobernar el estado demuestre que el progreso se logra con ideas más que por gestos.

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