Desde el año 2007 la Arquidiócesis de Xalapa se encuentra a cargo del arzobispo Hipólito Reyes Larios. La provincia eclesiástica estatal se forma además por las diócesis sufragáneas de Tuxpan, Papantla, Veracruz, Orizaba, Córdoba, San Andrés Tuxtla y Coatzacoalcos. Es la primera arquidiócesis en tener un obispo santo -San Rafael Guízar y Valencia- en el continente americano.

Nació el 13 de agosto de 1946 en Ciudad Mendoza, Veracruz. Se ordenó sacerdote en 1973 y cuenta con la licenciatura en Teología Moral por la Academia Pontificia Alfonsiana de Roma. Fue rector del Seminario Mayor de Xalapa y presidente de las organizaciones de seminarios mexicanos y latinoamericanos. 

Fue el primer obispo de la Diócesis de Orizaba en el año 2000. En abril de 2007 el Papa Benedicto XVI lo nombró Arzobispo de Xalapa, en sustitución de monseñor Sergio Obeso Rivera, quien renunció voluntariamente apegándose al derecho canónico. 

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En la Casa del Arzobispado la máxima autoridad de la Iglesia Católica en Veracruz aceptó un breve encuentro con Palabras Claras que se reproduce a continuación:

¿Cómo es el día a día del señor arzobispo? 

Me levanto a las seis de la mañana, luego tenemos un tiempo de oración después del aseo, y debo decir que antes hacía más ejercicio. Cuando no hay celebración eucarística afuera, celebramos en nuestra capillita con las dos hermanas que me acompañan y que son de Orizaba; una de ellas tiene cinco años conmigo. 

Salgo mucho a parroquias, a comunidades, a fiestas patronales, confirmaciones y visitas pastorales de uno o dos días. También me la paso en reuniones con varios consejos: hay un consejo básico episcopal y ahí están todos los vicarios desde el vicario general, los vicarios del clero, de la vida consagrada, de los laicos; también está el de comunicación social, para que pueda enterarme de lo que está pasando, o si hay alguna crítica a alguno de los presbíteros, y saber de dónde y por qué viene. 

En el consejo presbiteral, la arquidiócesis está dividida en 13 decanatos, hay un decano en cada uno de ellos con un determinado número de parroquias, y sesionamos cada mes. Son asuntos de tipo pastoral, como la organización de alguna fiesta como en 2020, que fue el año de San José. Íbamos a hacer varios proyectos como los cien años de la llegada de San Rafael el 4 de enero de 1920, pero la pandemia no lo permitió, nada más se pudo salvar la visita del Nuncio Apostólico Franco Coppola a la fiesta de San Rafael Guízar y Valencia, que por cierto fue un evento muy hermoso, muy cordial, él estuvo muy a gusto aquí y con ganas de regresar, pero por la pandemia no es tan fácil. 

En el apoyo a la población tenemos a Cáritas y a otros grupos de asistencia social, algunos asilos como el de Cáritas y ahí hay varios departamentos como les llamamos nosotros, que son los que atienden a través de secretarios y con ellos me reúno cada determinado tiempo.

Arzobispo Hipólito Reyes Larios

Me mantengo mucho tiempo ocupado y más bien ando fuera. Un día cotidiano es eso, probablemente oración, luego si hay alguna reunión o entrevista y alguna actividad concreta afuera, y eso es hablando solo de la Diócesis. Luego está la cuestión de la provincia, como Xalapa es la cabeza de las ocho Diócesis, tenemos reuniones mensuales con los obispos. Llegué a tener 120 días del año ocupados en reuniones con ellos. 

Una parte de la misión es que no haya escándalos. Me entero de un problema y hay que resolverlo pronto, consulto siempre y por eso son los consejos, y una vez que se consultó se decide. Ahí aprendimos mucho de situaciones delicadas que se han dado, tengo casi 14 años de estar aquí y ha habido de todo. Un caso muy conocido fue cuando apresaron al padre Rafael Muñiz, lo llevaron a México y fue cuando empecé a conocer lo que son los juzgados, entrar al penal, ver al jefe de Gobierno que en ese tiempo era Miguel Mancera y platicar con abogados.

La Diócesis no es un potentado en su economía, de las 90 que hay en el país, Xalapa está en el lugar 30, nada que ver con Monterrey, Guadalajara, México o Puebla. 

¿A qué santos guarda una devoción especial y por qué?

Tengo una visión jerárquica. Yo voy primero a lo que es la santísima trinidad y a lo que dice la liturgia: al Padre por el Hijo en el Espíritu Santo. Tengo una espiritualidad trinitaria, vamos a decirlo. De ahí paso inmediatamente a la Virgen María, sobre todo a la Virgen de Guadalupe, a la Inmaculada Concepción, y después viene el resto de los santos. De origen es Santa Rosa de Lima. San Rafael Guízar y Valencia, que es el que hemos visto toda la obra maravillosa que le tocó realizar. Algunos otros santos como los Santos Padres de la Iglesia, San Agustín, San León Magno o San Jerónimo. Yo los admiro por la capacidad que mostraban ante las problemáticas tan difíciles que afrontaron en sus tiempos. 

En la Capilla están San Rafael Guízar, el papa Juan Pablo II, al cual también admiro y quiero, a Pablo VI a quien también admiro mucho, y gracias a Dios ya está canonizado; a Juan XXIII, a quien me tocó conocer un poco más de cerca. Luego al Papa Francisco, que es otro estilo completamente, pero es un hombre de Dios, de fe y muy valiente para todo lo que dice y lo que testimonia. Por ahí va mi espiritualidad y la cuestión sacerdotal. 

Yo fui formador, igual que el padre José Manuel Suazo. Estuve más de 20 años en la formación, en el seminario, en el Colegio Mexicano estuve cuatro años como director espiritual de los sacerdotes que van a estudiar. Viví ocho años en Roma, cuatro como estudiante y cuatro para pagar las que había yo hecho. 

Lo que más me preocupa a nivel pastoral es que tengamos una sociedad tan lejos de Dios

¿Qué es lo que le preocupa en este momento al Arzobispo? 

Lo primero que me preocupa a nivel pastoral es que tengamos una sociedad tan lejos de Dios; yo les hablo que todo estaría mejor si nosotros conociéramos y viviéramos los 10 mandamientos, que son del Antiguo Testamento, que se los dieron a Moisés y lo tenían varios pueblos de ese tiempo. Nuestra gente no conoce ni eso. Cuando yo digo el quinto mandamiento de No Matarás, pregunto ¿cómo estamos? No conforme con toda la mortandad de todos los días, desde extorsiones, asesinatos, destrozos de cadáveres, ajustes de cuentas, feminicidios, homicidios, le aumentamos toda esa cultura de muerte: lo del aborto y lo de la eutanasia. 

Me preocupa que estamos haciendo un pueblo que vive casi de la limosna del gobierno, totalmente dependiente y sin capacidad crítica

Uno de los columnistas del Diario de Xalapa dijo algo muy interesante: que en el aborto los padres tienen el derecho de asesinar a sus hijos y en la eutanasia los hijos tienen el derecho de asesinar a sus padres. Él decía, y es cierto, que un viejo ya estorba. Yo tengo a mi madre de 97 años, ya ni me conoce, y algunos dirían que la arrumbé a un asilo, y no, ella está con uno de mis hermanos. Es la madre que uno tiene y le guarda mucho cariño, queremos que esté bien atendida, pero hay gente que piensa eso, que les estorba el papá, el abuelo. Cuando vemos que esa cultura de muerte se ha generalizado tanto, y me preocupa que estamos haciendo un pueblo que vive casi de la limosna del gobierno, totalmente dependiente y sin capacidad crítica. 

Debemos trabajar para que la gente tenga una conducta más adecuada, de amor al prójimo y de respeto a los demás y al adversario

Al nivel de Iglesia, más que los escándalos que han sido fuertes y muy magnificados, aunque sea solo el uno por ciento y que siempre llaman la atención, me preocupa que la gente conozca más el trabajo pastoral, que conozca a Jesucristo, a Dios. Debemos trabajar para que la gente tenga una conducta más adecuada, de amor al prójimo y de respeto a los demás y a los adversarios, como decía Cristo, el amor a los enemigos, que es de lo más difícil que puede haber, y fundamentalmente el reconocimiento de Dios. En cuanto al presbiterio, agradezco tener sacerdotes que le pongan ganas, empeño, que tengan una vida espiritual profunda y que con todas las limitaciones y pecados que todos tenemos, le sigan trabajando con muchas ganas. 

Se dice que la gente está perdiendo la fe en sí misma, en el ser humano, en la Iglesia, en los valores ¿qué nos puede decir a este respecto? 

Considero que estamos en un momento muy oportuno para revalorizar todo, lo de la pandemia nos ha sacudido a todos, nos ha metido en crisis, a mí me admira y yo veo más fe en la gente, veo que se acercan. Con los sacramentos se les atrasaron meses, y sin embargo la gente ha querido y les duele por ejemplo a los papás que no puedan entrar a una celebración, porque tenemos que guardar la distancia. Veo que la fe va creciendo, pero, por otro lado, no hay un gobierno esperanzador: se está hundiendo el barco y parece que tienen interés en que se hunda más.

No hay un gobierno esperanzador: se está hundiendo el barco y parece que tienen interés en que se hunda más

No es que se desprecie la gobernanza, sino más bien el modo en cómo se está haciendo, y no solamente de este gobierno si no de los anteriores, que también tienen mucha cola donde se pise. Debemos recuperar valores tan sencillos como la honradez, honestidad, la valentía, el amor a la verdad, decir las palabras claras, de eso se trata, pero todo eso tiene sus riesgos y costos. Sabemos que mucha gente por hablar claro hasta la vida puede perder; veo un poquito caótico el ambiente, pero a la vez con la esperanza de que se vuelvan a retomar mejores maneras de organización de la sociedad, de vida, de estudio, de desempeño y de oportunidades.

¿Qué aspectos o mensajes incluyó en su homilía, cuando pasó de obispo a arzobispo? 

Para mí lo primero era promover algo que suena hasta anacrónico: la santidad. Todo el que profesa una fe, sabe que la santidad es de Dios, y que nosotros somos imitadores de él. El santo es Dios y santa es la Virgen. Todos los demás santos son pecadores como nosotros, pero ellos lograron sublimarse y hacer una vida positiva. Al margen de la Trinidad y la intercesión de la Virgen, me interesaba fomentar la figura de San Rafael Guízar y la del beato Ángel Darío Acosta que también se ha quedado un poquito al margen, y luego también fomentar la del padre Juan Manuel Martín del Campo, aprobado en su momento por Monseñor Obeso.

Vamos a sacar un libro sobre el padre Martín del Campo. Me gustó mucho la biografía que escribió el antropólogo Báez Jorge sobre San Rafael, que se llama Con olor a santidad. Pero para este caso yo quería una biografía un poquito más crítica, no tan piadosa, vamos a decirlo así. El primer paso es que lo nombren Siervo de Dios, luego Siervo de Dios Venerable, después Beato, cuando se le puede tener cierto culto en la Diócesis, pero los santos son intercesores y figuras ejemplares. Por eso lo que se busca de ellos es la fama de santidad, que la hayan tenido y sea comprobable, y algo básico es la práctica de las virtudes heroicas, la fe, la esperanza, la caridad, también las virtudes morales, la prudencia, templanza, justicia, son las cuatro fundamentales, las cardinales y las teologales, todo eso se examina y se hace a base de testigos.

El padre Martín tenía a su cargo los temas de exorcismo. En esos casos, se necesita mucho discernimiento para distinguir entre una posesión y alguna, digamos influencia, y obviamente situaciones de tipo psicológico, de salud, por eso, dado que el exorcismo como tal, o el ministerio, es un ejercicio o trabajo muy absorbente, desgastante por todo lo que supone para el exorcista, por eso monseñor Palma vio con muy buenos ojos proveer un equipo de colaboradores que sirvan para discernir los casos, para filtrar, porque no todos los que llegan a la entrevista son casos de posesión, son muchos casos de influencia, de personas que andan en malos pasos. 

El tema del exorcismo es algo que se presenta muy poco, como poca también es esa cultura de adorar a la muerte. En esto hay que recordar que San Pablo dice que por un hombre y una mujer entró el pecado en el mundo, y por el pecado vino la muerte, entonces la muerte no es ninguna diosa, es consecuencia del pecado, y sin embargo hay gente que la adora. Para esto siempre pongo el ejemplo de la tentación, cuando el diablo lleva al señor a la parte alta y le enseña los reinos y le dice: Todo el poder y la gloria y la riqueza a mí me pertenece, y yo la doy a quien quiero. Si tú te arrodillas y me adoras, es todo tuyo. Jesús contestó con firmeza: “está escrito que solo al Señor tu Dios adorarás, y a Él solo le darás culto”.

¿Qué nos puede decir del culto a la Virgen María? 

En la Iglesia es importantísima la figura materna, en el catolicismo la Virgen tiene un lugar central. La frase Madre de Dios causó cismas en oriente y occidente. Los orientales son todavía más marianos que nosotros, son muy apegados a ella. 

En el segundo Concilio Vaticano, la constitución primera es sobre la identidad de la iglesia y el capítulo octavo trata de la Virgen María, es un tratado muy bien hecho, luego el papa Pablo VI hizo otro tratado sobre el culto a María, él recomienda el rezo al rosario y al Ángelus, y luego en México tenemos una devoción mariana grandísima, las peregrinaciones, procesiones, las imágenes, reconociendo que uno entra a cualquier casa y todos tienen a la Virgen de Guadalupe.  

En el relato Nican Mopohua, de Antonio Valeriano en el siglo XVI se habla del significado de Guadalupe, oyeron que la Virgen María dijo Cuatlazupe, que en náhuatl significa ‘la que pisa la cabeza a la serpiente’ y entonces los españoles creyeron escuchar Guadalupe. Así María de Guadalupe se presenta como la madre de Dios, la que ha pisado la cabeza de la serpiente. Por eso Satanás odia mucho cuando los exorcistas invocan a María Santísima porque no la tocó el pecado 

¿Cómo enfrenta la Iglesia los retos del siglo XXI? 

Lo importante es poner de centro la figura de Jesucristo, la Trinidad, porque al Padre se llega a través de Jesucristo en Espíritu Santo, y eso provoca una experiencia, y lo más importante es cómo provocar la experiencia de conocer a Jesucristo porque Él ya nos conoce. Yo a mis 18 años iba para Ciencias Químicas, ya había pasado hasta el examen, pero había eludido una invitación que me había hecho un tío sacerdote, el padre Lino Larios, y dije que no me gustaba, pero de repente, internamente dije ‘es que yo siempre voy a vivir dividido, ni soy de aquí ni soy de allá, porque puedo hacer esto y no lo hice, me tengo que desengañar’ y así me arriesgué a venir al Seminario, yo no hice preseminarios, todo lo que ahora se hace como una pastoral vocacional, no hice retiros, yo ni sabía qué era eso y así me aceptó mi tío, pero para mí esa fue la experiencia de la presencia de Dios y de la alegría que va dando, la plenitud que uno va teniendo, lo que uno quiere despertar en todo.  

Eso es lo que hacía Jesús, imponía las manos, sanaba a los enfermos, expulsaba a los demonios, bendecía a los niños, hacía el bien y los demás empezaron a sentir eso, a admirarlo. ‘Quién es ese que hasta el viento y el mar lo obedecen’, el que resucitó a quién llevaban al panteón o a la niña aquella que ya se había muerto, para luego irlo conociendo y llegar a decir que es verdaderamente el Hijo de Dios, el que entregó su vida en la cruz para la redención del pecado en todas sus formas y que ha resucitado y es el que da la esperanza no solo de esta vida sino de una vida futura y definitiva y eso es el mensaje central y es lo que Iglesia tiene que anunciar, se adecua a las situaciones, por eso la Iglesia tiene dos mil años. 

La iglesia tiene que ser más evangelizadora, tiene que dar más testimonio y tiene que estar donde haya pobreza, necesidad y sufrimiento

Vamos a celebrar a Cristo en el 2033 y tenemos un proyecto llamado Global de Pastoral a nivel del Episcopado Mexicano que está sirviendo de apoyo para toda América, fue algo que el Papa Francisco nos pidió. Dicen que nos dio la regañada en la Catedral de México, es cierto, sirvió un poquito de acicate y así se empezó a hacer este proyecto.

Estamos en una crisis que es para bien, que puede salir adelante una nueva evangelización, un nuevo anuncio de que Jesucristo verdaderamente es el que da sentido a la vida y quien nos da una manera de comportamiento que son las bienaventuranzas, que son las virtudes, que es básico. Por eso para mí la problemática de la sociedad es que si no vivimos los mandamientos que son del Antiguo Testamento, menos podemos vivir el evangelio que es mucho más exigente y radical, esa es la postura, creo que la Iglesia tiene que ser más evangelizadora, tiene que dar más testimonio, y tiene que estar donde haya pobreza, necesidad y sufrimiento, esa es la tarea. A veces no le encontramos mucho el cómo, pero eso es lo importante. 

¿Cómo ayudar a superar todas estas tensiones sociales de la inseguridad, de la pandemia y la innegable polarización política?

La inseguridad yo la conecto con el séptimo mandamiento ‘No robarás’, todo lo que tenemos de un país corrupto se puede afrontar con dos cosas muy simples, primero la educación, porque la educación viene de la familia, de los padres a los hijos, lo vemos en las películas mexicanas de Pedro Infante, había valores de honestidad, honradez, misericordia, fe, y eso se ha perdido mucho; hay que volver a una educación que empieza por los padres. Gracias a la pandemia los papás vuelven a ser los principales educadores de sus hijos. Y qué bueno que se está retomando eso, antes decían que se encargue la escuela, la universidad, la Iglesia. Nosotros somos colaboradores de ustedes, pero no somos los principales educadores, ni la escuela, ni el Gobierno, solo somos coadyuvantes de la educación.

Hay que volver a una educación que empieza por los padres; gracias a la pandemia, los papás vuelven a ser los principales educadores de sus hijos

A veces el Gobierno se atribuye cosas que no le competen, querer hacer una educación prescindiendo hasta de los papás; si al menos se siguieran los 10 mandamientos, sobre todos los cinco últimos tendríamos una sociedad muy distinta; no mentir, no robar. Lo que dice el presidente viene de los mandamientos, pero una cosa es decirlo y otra cosa es hacerlo. 

Lo que dice el presidente viene de los Mandamientos, pero una cosa es decirlo y otra cosa es hacerlo 

Hay que dar esperanza a la gente, veo que las vacunas han sido un remedio en muchos siglos desde Pasteur, pero también hay mucha desconfianza. Y algunos tienen razón, recordando que cuando preguntan por la vacuna contra el Sida, que tiene 30 años y todavía no hay una vacuna. Entonces ahora dicen que la hicieron en 6 o 7 meses. Estas son las interrogantes de la sociedad. 

Ojalá que tuviéramos políticos más honestos y con un sentido del bien común, de no nada más verse ellos mismos

Ojalá que tuviéramos políticos más honestos y con un sentido del bien común, de no nada más verse ellos mismos, con un narcisismo sobre su bienestar y el de su familia, como en los famosos cacicazgos familiares. Pero lo veo en los municipios, y les pongo un ejemplo que es Chiconquiaco, donde una familia lleva en la presidencia municipal desde hace 20 años. 

¿Qué es lo que necesitan los veracruzanos de la Iglesia católica y qué necesita la Iglesia católica de los veracruzanos?

El mundo necesita que el Estado respete la verdad. Se sabe que los comunicados del padre Suazo lastiman a mucha gente, y son así porque el Gobierno está así, y no de ahora. Yo recuerdo que Fidel Herrera no aguantaba a Quintín López, porque le decía ‘lo que estás diciendo de entrar a la bolsa, eso es deuda’. Aún con lo inteligente que es Fidel, rápido se la pescaba el vocero, y al final todos vieron que Quintín tuvo la razón. 

No nos metemos en políticas de partido, pero sí apoyamos a quien vemos que puede hacer algo por la gente, por el pueblo, por mejorar las circunstancias y condiciones.  

Nosotros no nos metemos en políticas de partido, pero sí apoyamos a quien vemos que puede hacer algo por la gente, por el pueblo, por mejorar las circunstancias y condiciones. Tenemos un estado tan maravilloso y desperdiciado, diría yo. Sobre las carreteras, basta con ir al circuito de Banderilla y no puede ser que haya esos hoyos en la ciudad capital. Pero se pueden hacer bien las cosas, ahí está Orizaba, la ciudad más bonita del estado, cuando la conocí no lo era, era más bonita Xalapa con sus jardines, pero hoy debemos ver cómo está gracias a un equipo que ha trabajado con Juan Manuel Diez, un hombre polémico que hace bien las cosas.

¿Cómo calificaría al Gobierno actual, ha habido alguna intimidación? ¿Hay buena relación entre el arzobispado y el gobierno de Veracruz?

Se han tardado mucho en aprender, se han pasado culpabilizando a los regímenes anteriores y ofreciendo soluciones en todos los sentidos, en economía, en las obras, pero con modos anticuados; por ejemplo, la refinería de Dos Bocas, el Aeropuerto de Santa Lucía, el Tren Maya que nadie lo pidió, son ideas que vienen de arriba hacia abajo.

En Veracruz yo veo que es la inercia, no hay una preocupación de lo que está pasando, de cómo ayudar a nivel de Gobierno estatal y los municipios. Veo que hay municipios que sí han trabajado bien, hay municipios que están gobernados por el PAN, por el PRD o por el PRI. Pero la violencia y asesinatos de alcaldes es demasiado, es extremo.

Hay una relación, vamos a decir de respeto, de respetar la autonomía de cada quién. Yo no le voy a decir al gobernante lo que haga, no es mi papel, pero tampoco el gobernante me puede decir lo que yo tengo que hacer. Entonces hay mucho respeto en eso de la autonomía y así ha sido estos 14 años. Con don Sergio también era así, se mantenía una libertad, y no, no ha habido ninguna intimidación.

Con este Gobierno hay una relación distante, solamente una vez invitamos al gobernador, vino aquí, platicamos con Cuitláhuac al inicio; dialogamos un poquito, comentó que de niño iba a la iglesia de María Auxiliadora, pero ha habido eventos como la muerte de don Sergio, ya como cardenal, y él no estuvo; en la visita del Nuncio, el que, políticamente hablando, es el embajador del Vaticano, tampoco estuvo. 

No hay conocimiento ni visión de lo que tienen entre manos, por eso creo que están aprendiendo. Aquí en Veracruz llevan dos años de aprendizaje; de López Obrador, por su trayectoria, puedo decir que él sí sabe.  

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