El gobernador Cuitláhuac García y el alcalde Fernando Yunes deben hacer a un lado sus divergencias y proyectos políticos, para atender juntos la criminal desidia que se observa en el municipio de Veracruz. La noche de ayer el puerto llegó a 423 muertes a causa del coronavirus.
Y no se pueden echar culpas a ciegas. Gobernador, presidente municipal, sector salud federal y sector empresarial, deben sentarse esta semana a acordar medidas que detengan el elevado contagio.
La entidad federativa tiene 8,664 casos confirmados y 1,364 fallecimientos. Tan solo el municipio de Veracruz alcanzó los 2,856 casos confirmados y 423 decesos, lo que significa que más del 30% del problema estatal se encuentra en el municipio porteño.
Además de ello, debe considerarse que toda la zona conurbada (que incluye a Medellín, Boca del Río y Alvarado, con números aparte) tiene cifras y tasas preocupantes, aunque no alcanzan las de Veracruz Puerto.
El puerto de Veracruz requiere medidas de contención, de concientización y de prevención, en aquellos casos en que se deba cuidar la planta laboral en las industrias, la construcción, el turismo y el comercio. Es un hecho que la población de la zona norte y poniente de esa ciudad ha relajado las medidas de distancia sana y los confinamientos voluntarios, pero aún así, las autoridades están obligadas a establecer mayores medidas de control y prevención.
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Esta zona conurbada, como la propia zona conurbada de Coatzacoalcos-Minatitlán, resultan ser los más importantes focos de contagio hacia otras regiones del estado.
Los principales responsables son Cuitláhuac y Fernando -el gobernador y el alcalde-, aunque no sean médicos. De esto nadie tiene duda en el puerto jarocho. De seguir igual de omisos, la historia los juzgará más pronto que tarde como incompetentes e irresponsables.
La sociedad que parece estar sola ante tremendo problema, agradecerá que ellos se sienten a dialogar armónicamente y cuanto antes con quienes deban hacerlo. Urgen soluciones y no pretextos que pueden llevar a arrepentimientos y amarguras.