En los pueblos del municipio de Actopan, son comunes las expresiones en el sentido de que en ellos no hay gente mal parecida. La muchachada local suele presumir que de ese municipio han salido personas con inteligencia sobresaliente en varios ramos del saber. Incluso en las bromas de las tertulias familiares son comunes los dichos que sugieren que allí, a escasos 40 kilómetros de Xalapa, se encuentra el ombligo del mundo.
Desde luego que todo ello puede sonar a exageración. Pero lo que sí es cierto, es que por la estratégica ubicación del municipio en el centro geográfico del estado, Actopan bien pudiera ser—afirmándolo de manera coloquial—“el ombligo de Veracruz”.
En el mestizaje actopeño se acrisolaron firmemente las diferentes culturas que a lo largo del tiempo crecieron en ese territorio. Los pocos indígenas de origen totonaco y náhuatl que sobrevivieron a las enfermedades de la Conquista, se mezclaron con la población española proveniente de las islas del Caribe. Después llegaron los esclavos negros y más tarde dicen que hasta algunos inmigrantes franceses. Coyolillo “rincón de África en Veracruz”, es un orgulloso y luchador pueblo formado por descendientes de esclavos africanos traídos de Sierra Leona, Guinea o Congo para trabajar en los campos e ingenios azucareros de la Nueva España; un asentamiento humano ubicado en las faldas de un cerro, en donde puede apreciarse la belleza y gracia de la mujer de ese origen, junto a la fortaleza y gallardía del hombre de raza negra.
Pero la riqueza mayor del municipio es la paisajística. Personas que visitan su territorio señalan que en él pueden contemplarse paisajes de montaña, parajes semidesérticos, y conforme se desciende hacia el mar, una feraz y enorme llanura costera con un rico sistema lagunar.
A la mitad del municipio, en medio de un gran cañón nace el río Actopan en un lugar conocido como El Descabezadero. El pintoresco sitio ha sido llevado al cine y a la televisión internacional en diversas ocasiones. En ese espectacular nacimiento formado por varias cascadas que se forman desde las paredes de piedra del cañón, surgen aguas casi heladas provenientes del Cofre de Perote. Los mitos y leyendas populares hablan de que esa denominación proviene de los sacrificios humanos o caídas accidentales de viajeros.
En el libro Trapiche del Rosario: 300 años de historia, próximo a publicarse por la Editora del Gobierno del Estado y el Municipio de Actopan, el historiador Héctor González Aguilar aclara esas creencias erróneas, informando que el nombre del nacimiento proviene de que a esa zona llegan algunos arroyos y afluentes más pequeños a entregar sus aguas, como es el caso de los ríos Sedeño, Mamey, Naolinco o del Llano. En los archivos parroquiales de siglos atrás, el investigador encontró escritos que señalan el lugar como el sitio “donde los ríos o arroyos descabezan o entregan sus aguas al río principal”.
Pero la belleza del municipio se percibe en muchos y diferentes lugares. La laguna de La Mancha se caracteriza por ser un célebre sitio adonde llegan cada año miles de aves migratorias que huyen temporalmente de los peligrosos climas invernales de Norteamérica. Y en lo relativo a la producción y la economía, el municipio tiene una alta vocación agrícola y cuenta con grandes sembradíos de caña de azúcar, maíz, frijol, mango y malanga, sobresaliendo el cultivo del chayote, destinado al consumo nacional y a la exportación.
Sitios de playa limpia a visitar son Playa Azul, La Mancha, Los Amarillos y Villa Rica, y cerca de ahí los acreditados balnearios de aguas termales en Tinajitas. Pero también el turismo viaja al municipio en distintas fechas para conocer y disfrutar el Carnaval de Coyolillo, la Feria del Mango, la Fiesta de la Virgen del Rosario, la Feria del Pan en Otates y las festividades de San Francisco, el patrono de Actopan. El clima cálido y soleado se disfruta casi todos los días del año. La gastronomía local es variada en productos del mar y en platillos típicos como los chiles rellenos, el caldo de gallina, el mole, los langostinos. Los postres más solicitados por los amantes del dulce son el jamoncillo y los tamales de elote.
Dentro de las actividades recreativas y deportivas más gustadas por los visitantes están el descenso de río en balsa o kayak, el rapel, el ciclismo, la fotografía de paisaje o el avistamiento de aves. El senderismo se está promoviendo en lugares como el pueblo de Otates, haciendo la visita a la Poza Azul y a La Capilla, un pequeño templo del siglo XIX abandonado sobre un cerro, o en Trapiche del Rosario, donde se esfuerzan por abrir el turismo de montaña por el difícil Paso de la Sarteneja, un estrecho conducto ascendente abierto en la roca basáltica del cantil, que no tiene más de cincuenta centímetros de ancho por 20 metros de largo en la cima de la Barranca de Maxtatlán, pasaje por donde los fundadores de esos asentamientos cruzaban hacia el pueblo de La Tinaja, en un recorrido de tres horas caminando penosamente hacia las alturas y observando con avidez la fértil naturaleza valle abajo.
Actopan, “la tierra del mango” y del hermoso río que le da nombre, es lugar de montañas, de tradiciones y diversidad cultural y también de hermosas playas limpias.
