En la mañanera presidencial de este viernes, el presidente de México Andrés Manuel López Obrador hizo una reflexión relacionada a los candidatos presumidos, fantoches, proclives a la opulencia o propietarios de mansiones, en la que resaltó que no van a ganar “no creo que la gente le apoye”.
Esas palabras han dejado un fuerte tufo en el ambiente veracruzano que las interpreta como una señal de que AMLO está a disgusto con la presunta corrupción y enriquecimiento ilícito -denunciado ante la Fiscalía General de la República- de su ex secretaría de energía y responsable de la construcción de la Refinería Dos Bocas la zacatecana Rocío Nahle, hoy candidata morenista al gobierno de Veracruz.
Y es que las mansiones, departamentos de lujo y terrenos de la familia Peña Nahle, que dio a conocer el empresario Arturo Castagné en las últimas semanas, ha causado un grave daño a la narrativa de López Obrador, su cuarta transformación y los candidatos morenistas que no saben cómo decirle a la gente que ellos no mienten, no roban ni traicionan al pueblo, cuando la realidad los está destruyendo.
Se afirma lo anterior porque la fortuna inmobiliaria de Nahle García, la cual asciende hasta el momento a más de 100 millones de pesos, es en la voz presidencial un “pecado social”, si se trata de un servidor público, no así de un empresario que honradamente acrecienta su patrimonio a base de negocios legales.
En palabras textuales el ejecutivo federal expresó:
“No va a ganar, no creo que la gente le apoye; que no sean presumidos, fantoches, es pecado social la ostentación, la opulencia; habiendo tanta pobreza… imagínense alguien que presume un carro o un avión privado, o un yate, o una mansión; si es empresario puede hacerlo… pero un servidor público ¿cómo?… El que quiera hacer dinero o presumir lo material que se dedique a otra cosa, pero no al servicio público”.
En política lo que parece es, dicen los avezados, y en este caso podrían ser tres señales presidenciales para Rocío Nahle.
La primera, que “la abandona a su suerte” por los olores nauseabundos de la zacatecana y su familia; la segunda, que estaría en la mesa de negociación entregar Veracruz a cambio de la Ciudad de México; o la tercera ¿será el papel de baño que en Palacio Nacional necesitan para limpiar la profunda tasa de corrupción presidencial?
En el transcurso de las semanas descubriremos estas conjeturas, pero con el mensaje político de hoy AMLO mostró que no le aplicarán, de momento, la máxima del filósofo Platón: “cada idéntico es para sí mismo lo mismo”
Aún falta que sepa bien a bien la corrupción del gobierno de Cuitláhuac García, en especifico del primisimo Eleazar Guerrero, Zenyazen Escobar y familia, Javier Gómez Cazarin y muchos, pero muchos cuitlahuistas más.