Con promesas de campaña sin cumplir, la administración del gobernador Cuitláhuac García Jiménez llega a la recta final de su administración y le restan 400 días para que concluya su sexenio el 30 de noviembre de 2024.

En 2018, el hoy gobernador ganó la elección por el fenómeno que representó Andrés Manuel López Obrador, y en esa campaña prometió dar todos los recursos que necesitara la Universidad Veracruzana, resolver el problema de la inseguridad, dotar de medicinas a todos los hospitales, acabar con la corrupción y mantener un gobierno cercano a la gente.

Hoy varias de esas promesas, y otras más son cuestionadas y reprochadas, no sólo por rivales políticos, sino por organizaciones no gubernamentales, la comunidad universitaria, la iniciativa privada, las asociaciones religiosas y un comentario general de la población.

Una de sus principales promesas de campaña, fue saldar la deuda que había del Gobierno de Veracruz con la UV, así como darle los recursos que por ley corresponden.

Sin embargo 5 años después, el reclamo de la comunidad universitaria sigue siendo el mismo, que el Gobierno de Veracruz le dé a la UV los recursos que por ley, le corresponden, es decir el 4 por ciento del presupuesto general.

Los temas de corrupción, señalados en las administraciones de Javier Duarte y de Miguel Ángel Yunes, igualmente son mencionados en el sexenio actual, incluso, muchos han superado las tropelías de sus antecesores.

Prueba de ello, la asignación irregular de contratos a empresas fantasmas, de reciente creación o algunas que han sido inhabilitadas por la Secretaría de la Función Pública. Ante tal situación, la postura del Gobierno Estatal es negar todo, y reprochar a los medios por no haber criticado a administraciones anteriores.

Aunado a ello, recientemente distintos grupos empresariales han acusado ser víctimas de extorsión por parte de la Procuraduría Estatal de Medio Ambiente, ante lo cual la respuesta del gobernador fue negar tal situación.

Prácticamente cada semana, la Arquidiócesis de Xalapa emite una postura cuestionando la falta de cercanía y de interés por parte del Gobierno de Veracruz, por atender los problemas que aquejan a la sociedad. Tal postura es respaldada por la Iglesia Evangélica que también reprocha la falta de sensibilidad de los funcionarios estatales.

El tema de la inseguridad, tal vez el más cuestionado al gobernador Cuitláhuac García Jiménez suele causar el malestar del mandatario estatal, pues reprocha a los medios de comunicación que no den a conocer los avances y logros en esta materia.

Si bien, los índices delictivos del Secretariado Ejecutivo del Consejo Nacional de Seguridad Pública refieren que efectivamente hay una disminución, por el contrario, la percepción de la población, la cual es medida por el INEGI, apunta en sentido distinto.

Los hechos de violencia que siguen presentándose, efectivamente en menor medida a gobiernos pasados, suelen generar psicosis entre ciertos sectores de la población y reciben cobertura mediática, hecho que ha molestado al mandatario estatal.

Igualmente, la nube de familiares y amigos sin perfil, para ocupar puestos públicos, así como el rampante nepotismo sobresalen en una administración que no cumplió en lo mínimo con las expectativas de los veracruzanos.

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