El dengue es una enfermedad que llegó para quedarse y con la que la población debe aprender a convivir, prevenir y atender de manera responsable, advirtió el doctor José Manuel Hurtado, epidemiólogo, al señalar que Veracruz es una zona endémica donde el virus circula de forma permanente.
El especialista explicó que para que exista transmisión del dengue se requieren dos factores: el virus y el mosquito Aedes aegypti. Cuando el insecto pica a una persona enferma, adquiere el virus y, tras un periodo aproximado de siete días, puede contagiar a otra, manteniendo activa la cadena de transmisión.
Las lluvias recientes, indicó, han favorecido la proliferación del mosquito al generar criaderos en recipientes con agua estancada como tinacos sin tapa, cubetas, botellas, bolsas de plástico, corcholatas e incluso charcos. Alertó que el Aedes aegypti ha desarrollado la capacidad de reproducirse en cantidades mínimas de agua y en condiciones cada vez más adversas.
Hurtado subrayó que uno de los principales problemas es que la población ha normalizado la presencia del mosquito, pese a que representa un riesgo mayor para la salud, especialmente en bebés, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas.
Enfatizó que la prevención del dengue inicia en los hogares y no solo con acciones gubernamentales. Entre las medidas clave mencionó eliminar recipientes que acumulen agua, lavar y voltear cubetas, mantener patios limpios, tapar tinacos y tanques, así como usar ropa de manga larga y repelente. Recordó que la fumigación solo elimina al mosquito adulto de manera temporal y no acaba con los huevecillos.
Sobre los síntomas, explicó que el dengue suele comenzar con fiebre alta, dolor de cabeza, dolor muscular intenso y molestias en los ojos, aunque actualmente puede confundirse con gripe o influenza. Puede presentarse de forma asintomática, no grave, con signos de alarma o en su forma grave, que requiere hospitalización.
Aunque la letalidad en México es baja, advirtió que no debe minimizarse la enfermedad, ya que cada año se registran defunciones, principalmente por atención tardía o enfermedades de base.
Finalmente, aclaró que el mosquito no es el culpable, sino el transmisor del virus, y llamó a no normalizar el dengue. “Prevenirlo es una responsabilidad compartida que inicia en casa, en la escuela y en los espacios públicos”, concluyó.









