Este mañana, parado en la esquina de la calle Revolución casi esquina con la avenida Enríquez de la capital de Veracruz, el dirigente del CDE del PRI, Adolfo Ramírez Arana, en compañía de su secretario de finanzas Sergio Lajud, demuestran la fuerza del otrora fortachón partido político.

Solos, despistados y sin que alguien se detuviera a saludarles, a pesar de sus vistosos uniformes y chamarras priístas, reflejan que en las próximas elecciones municipales les podría resultar difícil triunfar en algún municipio de Veracruz.

Algunos de los que observaron el hecho alcanzaron a mofarse de que con el liderazgo del “Fofo” el PRI en Veracruz logrará, a lo mucho, una jefatura de manzana.

“Fofo” Ramírez y su sequito de amigos en el PRI son los últimos enterradores de ese instituto político, pero él y su familia tienen el sustento asegurado con la diputada local Ana Rosa Valdés y con lo que terminen de rascar en el edificio de Ruiz Cortines.

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