De la mano de la entonces presidenta del DIF en Veracruz, Rosa Borunda (EPD), llegó como director jurídico de la dependencia Silvio Lagos Galindo, hoy candidato a presidente municipal de Xalapa por el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
En aquel tiempo se trataba de difundir que Lagos Galindo era el profesionista que requería una primera dama en Veracruz y el jurista que merecía la institución de asistencia social. Veracruz iba a latir con fuerza con los mejores programas de asistencia social para los veracruzanos.
El impulso de doña Rosa, esposa del entonces gobernador Fidel Herrera (EPD), permitió que Silvio Lagos fuera candidato a diputado federal por el distrito de Xalapa, en donde obtuvo el triunfo gracias al dispendio de recursos que provenían desde las instancias de gobierno.
Su paso como legislador federal fue gris, los xalapeños no tienen registro de que alguna gestión de Silvio Lagos hubiera dado un beneficio para la ciudad o en alguna de sus congregaciones. Lo que si trascendió fue la arrogancia con la que se conducía Lagos Galindo en el recinto de la Cámara de diputados y el encontronazo con su compañero diputado Javier Duarte.
Luego de ser legislador, su aura política desapareció. Y renació tiempo después al lado de Pepe Yunes en las campañas políticas donde este buscó la gubernatura de Veracruz, sin que tampoco se conozca la aportación política o intelectual del joven Silvio en favor de Pepe.
Lo que si fue evidente es que aprovechó ser representante del PRI ante el OPLE, gracias al impulso de Yunes Zorrilla, en donde gozó de un jugoso salario y se volvió a conocer la pobreza argumentativa de Lagos Galindo en la “defensa del partido” frente al consejo de ese organismo.
Hoy, Silvio Lagos, queriendo jugar al póker y sin mérito de ninguna especie, es candidato a presidente municipal de Xalapa por el PRI. Sabedor de que no tiene la mínima posibilidad de alcanzar el triunfo, se lanzó a la contienda con la promesa, dicen los enterados, de ser el próximo presidente de su partido y de obtener una millonaria suma de dinero por su show, a cambio de otorgar las primeras candidaturas a regidor, a dos incondicionales de los Yunes.
Con estos antecedentes, Lagos Galindo refleja que no representa para Xalapa la esperanza para la regeneración de la política, ni tampoco entiende los desafíos de la capital de Veracruz porque su pobreza intelectual se lo impiden, eso lo lleva a manipular a su familia para que realicen campañitas negras, fáciles y predecibles, en contra de sus principales adversarios.










