Raúl Arriaga Becerra, de la Academia Mexicana de Impacto Ambiental (AMIA), A.C., explicó que más de 40 países del Norte, Centro y Sudamérica tienen la Evaluación Ambiental Estratégica incluida en su legislación, sin embargo no es así en México.

“Ése es uno de los retos con el Congreso. Desde hace al menos ocho legislaturas les recordamos que falta y sigue en un cajoncito guardado”.

Precisó que uno de los instrumentos dentro de la valoración de impacto ambiental de vanguardia es la Evaluación Ambiental Estratégica, que aplica a planes, programas y políticas, y tiene que ver con la incorporación de criterios ambientales desde el origen y diseño de los grandes proyectos. Indicó que más de 40 países la tienen incluida en su legislación, “todos los países centroamericanos, muchos sudamericanos, Estados Unidos y Canadá”, pero no es el caso del país.

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Arriaga Becerra presentó la conferencia “Evaluación Ambiental Estratégica: definición, requerimientos, y alcances”, en el Auditorio de la Facultad de Biología de la Universidad Veracruzana (UV), el 26 de octubre, en el marco de la toma de protesta del Capítulo Veracruz de la AMIA, y del que forma parte Celia Cecilia Acosta Hernández, de la Red de Investigación en Ciencias Biológicas de la UV.

La AMIA está enfocada en el fortalecimiento de la evaluación del impacto ambiental a través de la capacitación permanente de sus agremiados y del mejoramiento en su eficacia y eficiencia, así como mediante la emisión de propuestas, opiniones y posicionamientos sobre asuntos relativos a las materias de evaluación del impacto ambiental y evaluación ambiental estratégica.

El especialista insistió en que la evaluación ambiental es el único instrumento de planeación que aplica para todo tipo de proyecto y actividad, y también el único por el que es posible clausurar cualquier proyecto u obra. “Se le tiene miedo porque se tiende a pensar que se evaluará el Plan Nacional y no se permita el hacerlo. Pero ése no es el objeto, por el contrario, es el de incorporar en el plan los criterios ambientales para que los programas y los proyectos que deriven de ahí ya lleven los temas ambientales desde su diseño y el desarrollo verdaderamente transite hacia la sustentabilidad”.

De acuerdo con Arriaga Becerra, las políticas de desarrollo urbano del país atienden el problema, pero no el origen, por eso los gobiernos hacen proyectos y actividades que lejos de solucionar, propician el crecimiento de tal problemática.

“Atacamos la contaminación de los vehículos y los restringimos, pero ampliamos carreteras; entonces, incentivamos a que haya más vehículos, mientras el transporte público se queda como está. En realidad, si resolviéramos el tema del transporte público, no necesitaríamos ni más vehículos ni más carreteras. Un eficiente transporte público es el que resuelve el problema, pero regular autos y hacer carreteras genera ingresos fiscales al gobierno y lo otro, un gasto. Finalmente, donde haya oportunidad de negocio entrarán las empresas.”

La actividad fue moderada por Pascual Linares Márquez, quien preside la Red de Investigación en Ciencias Biológicas de la UV, y fue atestiguada por autoridades de la propia AMIA y de los gobiernos estatal y federal.

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