Xalapa, Ver.- La mega manifestación pacífica anunciada para este primer domingo de diciembre abraza mucho la realidad pues son voces que reclaman una verdadera transformación; es el dolor y el agravio de muchas víctimas que están sufriendo las consecuencias de un sistema que no responde a sus necesidades y que está atentando contra las instituciones y las libertades fundamentales aseveró la iglesia de Xalapa.

A través de su comunicado dominical expone que es el cansancio y el malestar que todavía busca canales para encontrar una respuesta y pide que ojalá haya oídos y disponibilidad para atender estas demandas. 

“¿De dónde nos llegará la verdadera luz? esta es la pregunta que responde el tiempo del Adviento que estamos comenzando. Los que creemos en Dios, no podemos idolatrar las instituciones humanas por más promesas que nos hagan, las instituciones son sólo mediaciones y deben cumplir con sus responsabilidades”, señala.

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Así, el vocero de la arquidiócesis de Xalapa, José Manuel Suazo Reyes lamenta que se ha provocado más desencantos que satisfacciones; La verdadera luz viene de nuestra apertura a Dios que se acerca. 

Recuerda que este domingo 1 de diciembre de 2019, se inicia en la liturgia de la Iglesia católica un nuevo año litúrgico con el tiempo del ADVIENTO (Del latín adventus y del griego parusía: “presencia”, “llegada”, “venida” o “visita”). Se trata de un periodo que nos prepara para la venida del Señor. El adviento dura 4 semanas. Es una preparación para la navidad. 

Con el adviento se expresa la cercanía de Dios a la humanidad, su presencia y su caminar entre nosotros. 

“Este acercamiento divino está movido por el Amor de Dios a la humanidad. El evangelista san Juan lo expresa de esta manera: “Tanto amó Dios al mundo que le entregó a su propio hijo para que el mundo se salve” (Jn 3, 16)”.

En el adviento se escucharán, señala, muchos mensajes que nos motivan a prepararse para la venida del Señor: “conviértanse”, “estén preparados” “el desierto florecerá”, “el pueblo que caminaba en tinieblas vio una gran luz” “ya viene el Señor”, entre muchos otros.

Agrega que, en la realidad que se está viviendo, hay momentos como de naufragio y de oscuridad, violencia e inseguridad, pobreza extrema, mala calidad en los servicios de salud, escasez de medicinas, crisis económica y social, vías de comunicación destrozadas y áreas públicas abandonadas, la vida presente está caracterizada por la incertidumbre que provoca desconfianza, críticas amargas, desencantos, dudas, escepticismos, especulaciones, mentiras, agresiones y desánimos.

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