Los sonidos del tamborcillo y el flautín, elementos fundamentales del ritual de los voladores de Papantla, resonarán en la Explanada del Centro Cultural Tijuana (Cecut), a unos cuántos de cientos de metros de la línea divisoria entre México y Estados Unidos.

Los voladores de Papantla, también conocidos como los “hombre pájaro”, que por su destreza se descuelgan atados sólo de una cuerda de lo alto de un palo volador, mostrarán parte de la cultura y tradiciones de Veracruz en la ciudad de Tijuana.

Desde hace unos días y hasta el mes de noviembre, el grupo integrado por Carlos Ubaldo Olmos Flores, Juan Uriel de León Pérez, Crisanto de León Salazar, José Salazar de León, Erasto Bautista Garcia, Ismael García Genaro y Jesús del Ángel Salazar Ramírez, todos originarios de Papantla, Veracruz, volarán para asombrar al público con esta vistosa y emocionante tradición.

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Tijuana, una de las ciudades con más visitantes y residentes de Estados Unidos, así como de mexicanos de distintas entidades podrán presenciar una de las tradiciones más representativas de la cultura totonaca e incluso declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.

La ceremonia de los Voladores de Papantla es un evento ritual cultural que se remonta al año mil 300, de esta era, cuando las fuertes sequías azotaban la región totonaca, en el actual Estado de Veracruz. 

Cuenta la leyenda que, con el fin de mejorar la situación un viejo sabio, encomendó a cuatro jóvenes que cortaran el árbol más alto y robusto del monte, “con el fin de solicitar a los dioses su benevolencia para que les concediera lluvias generosas que devolvieran su fertilidad a la tierra”.

Cada volador cubre su cabeza con un gorro cónico complementado con un pequeño penacho multicolor en forma de abanico, que simula el copete de un ave, además de simbolizar los rayos solares que parten de un pequeño espejo redondo que representa al astro.

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