Xalapa, Ver. – En México, la Iglesia y el Estado están llamados a ser un ejemplo para los demás países, para mostrar que es posible superar extremismos y polarizaciones, creando cada vez más una cultura de fraternidad, de libertad, de diálogo y de solidaridad, señaló Pietro Carolin, secretario del Estado Vaticano.

En su comunicado dominical, la iglesia señala que a través del Cardenal Parolin “la Santa Sede reitera su plena disponibilidad a ofrecer su contribución en favor de la paz y del bien de todos”

Añade que muchas de las contribuciones de la doctrina cristiana están en la base de varios programas políticos y económicos de las sociedades democráticas de hoy.

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Explicó que esto demuestra que la Iglesia es una valiosa colaboradora de los estados donde ejerce su actividad pastoral para promoción de la armonía social y la búsqueda del bien común. 

El vocero de la Arquidiócesis de Xalapa, José Manuel Suazo Reyes, señaló lo anterior al recordar el discurso del cardenal Pietro Carolin, secretario del Estado Vaticano, en el marco del 30 aniversario de restablecimiento de las relaciones entre la Santa Sede y México.

Agregó que la laicidad positiva consiste en reconocer mutuamente el papel y los valores que el Estado y la Iglesia están llamados a ofrecer en la sociedad, pues ambos sirven al mismo pueblo desde ámbitos diferentes.

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“Ciertamente para que la Iglesia pueda efectuar su función pastoral necesita que el Estado le garantice la libertad religiosa, que es un derecho fundamental que brota de la dignidad de la persona humana. La libertad religiosa surge de la naturaleza profunda de cada ser humano. Este derecho humano no sólo protege los derechos de los creyentes sino también de los no-creyentes para vivir con entera libertad, de manera individual o asociada, en la vida privada o en el espacio público”.

Agregó que no se tiene que mirar como una ocasión de división, sino como una oportunidad para trabajar juntos, que se ayuden y aprendan mutuamente en un camino común de escucha y promoción de valores democráticos y sociales, para dar esperanza a quien se resigna a la lógica del conflicto.

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