Xalapa.- El olor a “mar” penetra desde hace varias décadas las calles cercanas a la Rotonda y cada Semana Santa la imagen es la misma, cientos de personas reunidas en torno a los cajones de pescados y mariscos para elegir el más fresco, el más grande o el que tenga mejor apariencia.
Ni los llamados que hacen autoridades y ciudadanos conscientes para quedarse en casa desanimaron a quienes en grupos de cuatro, cinco y hasta seis familiares acudieron a este sitio para comprar productos.
Mientras algunas calles del centro de Xalapa lucen vacías, la falsa imagen se destruye al pasar cerca de la Rotonda, porque ni siquiera la presencia de elementos policiacos hacen a los ciudadanos dejar de pelear por el mejor marisco.
“Camarón a 130”, refiere una de las cartulinas fluorescentes de uno de los negocios, otros ofrecen la sierra también a 100 pesos el kilo; el Viernes Santo no logró hacer reflexionar a los ciudadanos sobre la pandemia que vive el país y el estado.
Más pudo la tradición de “no comer carne” en Semana Santa, que el sentido común al que han llamado autoridades, líderes religiosos, personal médico y hasta los mismos trabajadores de estas pescaderías que temen ser contagiados.
Karla lleva varios años administrando uno de estos negocios, y por eso hoy más que nunca lamenta que las autoridades los hayan obligado a mantener sus productos dentro de los locales, de por sí pequeños para atender a la población.
Ahora, no solo dentro sino también fuera hay filas interminables de personas que acuden sin cubrebocas, sin guantes o algún tipo de protección a comprar el producto de la temporada.
Los policías, sorprendidos por la falta de conciencia, esperan atentos la orden de desalojar los comercios ante la gran cantidad de personas que se reúnen ahí; los pleitos han comenzado con quienes piden mantener la distancia.
“De algo nos vamos a morir”, suelta uno de los presentes, un adulto acompañado de un niño; el hombre espera comprar dos kilos de camarón “para el antojo” y mientras personal del Ayuntamiento y policías esperan pacientes la orden para acabar con esta reunión que arriesga a todos.