A unos cuantos metros del parque central de Naolinco se encuentra la Botica-Museo La Purísima, una de las pocas boticas con medicina tradicional que siguen funcionando en el estado de Veracruz. El establecimiento existe desde el año de 1907 y mantiene instalaciones y equipos de más de un siglo. Fue fundado por el señor Gonzalo Recio, un farmacéutico de origen español que radicaba en esa población. 

A su muerte, el negocio fue adquirido por su ayudante, el señor Narciso Bartolomé Ochoa, un español que se estableció en la región de Yecuatla, que tenía la profesión de farmacéutico y quien falleció en 1967, heredando el negocio a su hijo Martín Bartolomé Muñoz quien realizó estudios farmacéuticos y falleció en 2018. 

Para conocer este emblemático e histórico establecimiento y su importancia y trascendencia regional, Palabras Claras acudió a este bello Pueblo Mágico para entrevistar al señor Gustavo Enrique Bartolomé Mesa, actual encargado de la botica, quien contestó a las preguntas mientras atendía a los clientes que requerían medicinas tradicionales.

¿Cómo llega su familia a la Botica La Purísima?

Antes de 1920 mi abuelo Narciso y su hermano Leoncio Bartolomé Ochoa viajan desde España y después de hacer una escala en Colombia llegan a México. Adquieren tierras cafetaleras en Yecuatla y se establecen en Naolinco. Narciso, que es farmacéutico, se casa con Abigail Muñoz González, y Leoncio, que es sacerdote, se hace cargo de la iglesia de San Mateo, el patrono del pueblo. Narciso y Abigail tienen relación familiar con el fundador de la botica y su esposa, y al ser ayudante de Gonzalo Recio, ante la vejez de este, Narciso consigue adquirirla.

Cuando a la región de Naolinco llega la medicina de patente de las empresas farmacéuticas, debido a su alto costo, la gente no puede comprarla, y entonces, mi padre Martín Bartolomé Muñoz, ya al frente del negocio, decide elaborarla en el laboratorio de la parte de atrás. Mucha de esa medicina él la regalaba a quienes eran muy pobres. Aquí venían a surtirse en aquel tiempo para curar enfermedades intestinales, dermatitis, epilepsia y otras. El doctor recetaba la dosificación y los ingredientes y aquí se hacía la medicina que indicaba el galeno. Mi padre, hizo de lado la medicina de patente y se quedó con la herbolaria original de los aztecas y mayas, en una fusión con las plantas europeas, como tomillo, romero y otras. 

¿Cómo funcionó La Purísima durante la pandemia de Covid?

En tiempos del Covid, muchas gentes sufrieron baja de defensas y sus familiares buscaban Infusión de Mozote, un arbusto de hoja amarilla y blanca, que eleva las plaquetas. También buscaban Vino de Crucetillo para fortalecer sus sistemas, entre otras medicinas.  

Se sabe que de aquí llevan medicina a otras ciudades. ¿Nos puede platicar de ello?

Como Pueblo Mágico suelen llegar en autobuses turísticos, y los grupos en sus paseos entran a conocer la botica y preguntan en específico y adquieren productos. Y se han llevado medicamentos. En ocasiones han hablado por teléfono sobre algo que recuerdan y lo quieren en sus sitios de origen.

Está la anécdota de un señor que compró un medicamento y con el tiempo me comentó: “Oye, pues me siento mejor con eso únicamente, y nada más compré un frasco, pero  quiero otro, ¿me lo pueden mandar?” Le contesté que sí, pero que le resultaría más caro el envío que el producto y él me dijo lo siguiente:  “Un especialista me va a cobrar 3 mil pesos por un medicamento que no me va y este me hizo bien, además tu receta es muy barata y me ayudó perfectamente para mi padecimiento. Ese señor estaba enfermo de la próstata, Prostatis es el nombre del que sí le funciona, pura herbolaria, usada para mal de orín y otras problemáticas asociadas, y está reconocida; cuesta 180 pesos y son 90 capsulas.

¿De qué procedencia es la medicina que venden aquí?

Cuando murió mi papá, pues quise levantar la botica, pero tenía que buscar dos proveedores que trabajan la herbolaria, y que además están certificados, uno es de Guadalajara y el otro es de Monterrey. Y es que hay muchos laboratorios que venden productos herbolarios, pero realmente no sabemos su procedencia. El de Guadalajara se llama “Fundadores de Boticas”, ellos son los que me proveen medicamentos, porque si yo voy con un laboratorio equis, me va a vender un kilo de sulfato de magnesio o citrato de magnesio para poder hacer algún compuesto, más no me venderá el medicamento. Sin embargo los dos que son mis proveedores, sí me venden los productos ya listos.

¿Continúa comerciando los productos que manejaba su padre?  

No, porque ya no es lo mío, antes venían agentes viajeros y mi papá les daba la lista de lo que necesitaba, y a los tres días le llegaban los medicamentos que él recomendaba de acuerdo a los libros de la Farmacopea mexicana. La parte trasera era antes un laboratorio dónde se extraían los extractos de las plantas o algunas sustancias químicas y ahí mismo se elaboraban los medicamentos, por ello es que se conservan algunos instrumentos. Por ejemplo, aún contamos con pomos, los cuales tienen 90 años y deben mantenerse hidratados, su función era almacenar vinos, aceites o ácido. 

Algo que se me quedó muy presente es que a mi papá le traían víbora de cascabel y él curaba el cáncer con ella y pude observar como la procesaba. Los campesinos le traían la víbora que capturaban en el monte, pues en aquel tiempo no estaba prohibido, una vez muerta y aún estando fresca, él le quitaba el cuero y la ponía a secar al sol; una vez seca, la trituraba hasta hacerla polvo. Ese polvo se encapsulaba y se vendía para curar el cáncer. 

Actualmente ya no se comercializa este producto en la botica. Me han ofrecido venderla, pero no he aceptado, porque yo desconfío de que lo que me muestran, realmente funcione.

¿Cuentan ustedes con archivos especializados sobre la farmacopea mexicana que utilizaba tu padre?

Desde luego, confiamos en los escritos de mi abuelo, que algunos han querido copiar, pero no he dejado que lo hagan. Quieren los escritos para digitalizarlos pero prefiero seguir guardándolos. Si no nos dan ninguna ayuda para sostener esto, como voy a confiar en ellos.

Me preguntaron “¿Cómo lo hacen ustedes?” y contesté que nosotros confiamos en el puño y me rehusé a que digitalizaran esos conocimientos porque podría perder la herencia documental de mi padre y mi abuelo; en todo caso prefiero escanear todos estos saberes yo, aunque no lo he hecho por falta de recurso. 

¿Cómo se sostiene la botica?

Yo no recibo ningún apoyo por parte de Turismo ni del Ayuntamiento para el mantenimiento de la botica, esta se sostiene por nuestro esfuerzo. Desgraciadamente en un día de lluvia intensa, cayó una parte del techo y se echó a perder. Si tuviera un subsidio sería más sencillo para mí sostener el lugar. Sin embargo, hemos mantenido la botica por más de 118 años de esta forma, sin recurso o apoyo oficial, nada más que del trabajo y el servicio que se ofrece a las personas.

¿Por qué mantener en operación una botica como La Purísima?

La gente que viene a la Botica La Purísima confía más en la medicina tradicional herbolaria. Muchas generaciones quedaron satisfechas con las boticas de pueblo. Deme para mis padecimientos, pero no quiero medicina de patente, sino la que ustedes hacen, pide alguien. Hay personas que llevan años comprando, le platican a otros, y así se recomienda, como haciendo una cadenita. “Fui a Naolinco, fui a una botica, y mira, me dieron esta medicina”. La gente confía más en la medicina tradicional herbolaria. Hay utensilios y libros de mi abuelo, bitácoras de más de cien años que describen padecimientos, dosificaciones y remedios. Todo un museo que se tiene a la vista del visitante. 

Las boticas están desapareciendo en el país. Creemos que la Botica-Farmacia La Purísima cumple con una función social en beneficio de los naolinqueños. La conservamos en toda su originalidad como un patrimonio cultural de Naolinco, No la quisimos cerrar cuando murió mi padre hace siete años, a los noventa que tenía; tampoco en 1968 cuando murió mi abuelo a los 82 de un paro cardiaco. 

¿Recuerdas alguna anécdota de La Purísima?

En 1942 mi abuelo fundó la Cruz Roja en Naolinco, y en el año de 1949 un avión militar que iba en un vuelo de México a Poza Rica, se estrelló en la Sierra de Chiconquiaco. La nave llevaba millones de pesos para pagar la nómina de PEMEX. Un día de fin de año a las seis de la mañana, el radio informó del accidente del avión sin sobrevivientes. Mi abuelo tenía que participar en el rescate de los muertos y del dinero esparcido. Mi padre y sus amigos bajaron un cerro en liana para rescatar los cuerpos, los envolvían en petates los subían con mucho esfuerzo. Mi padre tenía la única cámara fotográfica de la región y las fotografías existen en un Museo que hay en Chiconquiaco.

¿Qué productos suele pedir el que viene a comprar aquí?

La gente pide de todos los productos en anaqueles: Castaño de Indias para la circulación, Crucetillo para disminuir colesterol y triglicéridos, Infusión de Mozote para elevar el nivel de plaquetas y purificar la sangre, Alquitrán de Hulla para ungüentos o champú para la psoriasis, entre otros.

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