María de la Luz Lafarja Urrutia fue una destacada mujer nacida en Papantla el 9 de enero de 1902. Su fallecimiento ocurrió cuando tenía 82 años de edad en la Ciudad de México. Y como en la lucha feminista y en la literatura siempre se identificó con su anagrama, en reconocimiento a su legado social y cultural se instauró el Premio Nacional de Poesía Lázara Meldiú.

Desde muy joven y de manera autodidacta comenzó a escribir poemas. Después destacó por su activa participación en el sindicalismo magisterial y en la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios. Con otras 13 mujeres que representaban a más de 800 organizaciones femeninas de todo el país, constituyó el comité directivo del Frente Único Pro Derechos de la Mujer. Ahí trabajó con Esther Chapa, Frida Kahlo y otras entusiastas damas. El 17 de octubre de 1953, después de una lucha de más de veinte años entró en vigor la reforma constitucional que permitió la participación de las mujeres para votar y ser votadas en elecciones federales.

En la década de los 40’ Lázara Meldiú fue una de las fundadoras del Ateneo Mexicano de Mujeres y de la publicación literaria-científica Ideasla revista de las mujeres de América, en la que llegaron a escribir Simone de Beauvoir y Gabriela Mistral, entre otras intelectuales de la época.

Lázara Meldiú y las veracruzanas Lucrecia Toriz, Asunción Valdez, Salomé Carranza, Eufrosina Moya, María Tinoco, Enriqueta Limón, Rosaura Lenia y Gelacia Ceballos—una indígena de la etnia popoluca que fue alcaldesa de Sayula de Alemán en 1949—representan la primera línea en la lucha feminista de la primera parte del siglo XX en el estado. 

Fue hasta el año de 1955 cuando las mujeres del país pudieron votar en las elecciones federales. En el estado de Baja California, Aurora Jiménez se convirtió en la primera diputada federal electa.

Entre las publicaciones literarias de Lázara Meldiú se encuentran Devoción al Quijote, El dolor de la astilla, Elogio del café, Surcos en promesa y Columpio. De esta última obra es el poema “El niño lucero”, un texto convertido en canción por el compositor Franco González que interpretan Los Tres de Coatepec.

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