De acuerdo con el informe “La(otra) mafia del poder, Corrupción y Desigualdad en México” de OXFAM, desde el año 2000 Veracruz, Michoacán y el Estado de México suman 40 mil millones de pesos “perdidos” en educación básica, siendo de las entidades que destacan por su mayor rezago educativo en el país.
Además, en materia de Salud, durante dicho período, los recursos transferidos a las entidades federativas tienen irregularidades por 46 mil millones de pesos. El 42% de estas anomalías, 20 mil millones de pesos, se concentra en los tres estados donde las personas tienen menos acceso a servicios de salud, que son Michoacán, Veracruz y Jalisco.
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Igualmente, por cada peso perdido en los municipios con menor porcentaje de pobreza, se pierden 2.4 pesos en los municipios cuyo porcentaje de ésta es mayor.
De esta manera, hay 94 municipios que han perdido más del 90% de los recursos que les han auditado, 51 de ellos pertenecen a los cinco estados más pobres del país: Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Veracruz y Puebla.
Dicho documento exhibe que a nivel nacional Veracruz es de las entidades del país que “pierde” más dinero en los programas con mayor potencial redistributivo, en las regiones más pobres y en las acciones más útiles para combatir la pobreza tales como políticas y servicios de salud, educación y desarrollo.
En total hay 492 mil millones de pesos que no se han podido comprobar desde el año 2000 por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) en el país, recursos que califica como “perdidos”.
El documento detalla que a nivel nacional en Educación se han “perdido” 104 mil 798 millones de pesos; en Salud, 91 mil 499 millones de pesos; en Desarrollo Social, 66 mil 743 millones de pesos; en Fondos, 62 mil287 millones de pesos; en Deuda, 40 mil 333 millones de pesos; en Participantes, 29 mil 972 millones de pesos.
Además, en Recursos Naturales, 39 mil 682 millones de pesos; en Comunicaciones y Transportes, 22 mil 777 millones de pesos, en Administración Pública, 17 mil 475 millones de pesos y en Seguridad y Justicia,10 mil 395 millones de pesos.
El documento enfatiza que la corrupción suele medirse con base en estadísticas de percepción o de experiencia, las cuales pueden verse influidas por la disponibilidad de información, la presencia de escándalos mediáticos, e incluso, por la polarización partidista.
“Este fue el caso de Veracruz. Cuando los escándalos de corrupción del exgobernador Javier Duarte inundaron las primeras planas de los medios (Castilloet al. 2018), la percepción de corrupción en Veracruz aumentó en 10 puntos porcentuales (de 85 % a 95 %).
“Esto es tres veces más rápido que a nivel nacional y cinco veces más que las experiencias de corrupción en el estado (ENCIG 2017)”.
De esta manera, aunque cerca del 55 por ciento de personas perciben corrupción en Veracruz menos del 11 por ciento la han experimentado. De hecho, en todos los Estados, la percepción de corrupción es al menos 3 veces superior a la experiencia.